Una solución complicada
En 1993, Nekane San Miguel comenzó a dirigir juicios en euskera en el juzgado de Tolosa. Coincidió que el fiscal que acudía a la localidad guipuzcoana también era vascoparlante y la secretaria también. Y si de lo que se trataba era de tomar diligencias, la frecuencia en que lo hacía en euskera era todavía mucho mayor: un 70% de las veces que preguntaba a los ciudadanos si querían declarar en euskera, la respuesta era afirmativa. Lo mismo ocurre, según Nekane San Miguel, en los juzgados de Azpeitia y Bergara. En el resto de los juzgados del País Vasco, los porcentajes marchan paralelos al grado de euskaldunización de la poblacion. Pero no sólo es necesario que las partes presentes en el proceso conozcan la lengua vasca. También es necesario que los funcionarios que transcriben la sentencia la dominen. De ahí que muchos juicios en euskera luego tengan la sentencia en castellano. Otra dificultad añadida es la carencia de modelos informáticos de autos, de providencias y otros textos en euskera. Esta tarea ya está casi concluida por el equipo de traducción de la Comisión Interinstitucional, pero los jueces vascoparlantes no entienden que no se haya ido poniendo en marcha paulatinamente. La solución para que los ciudadanos vascoparlantes pudieran ser atendidos por la Administración de Justicia no está clara. Además de esperar diez o quince años a que la euskaldunización de estos funcionarios sea efectiva y eficaz, hay quien ha propuesto otros modelos judiciales al estilo de lo que ocurría en Navarra a finales del siglo XVIII cuando había jueces que atendían a los vascoparlantes y otros a los castellanohablantes. Pero esto va contra uno de los logros fundamentales del Estado constitucional y de las garantías del ciudadano, que es el derecho al juez natural y predeterminado por la ley. Como señala el juez Jaime Tapia, "se han perdido 15 o 20 años en euskaldunizar la justicia en el País Vasco, ya que es un servicio público más. Esta situación es impensable en países europeos democráticos con situaciones de bilingüísmo, como Finlandia o Suiza".
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