Aumentar la dosis de quimioterapia no influye en la cura del cáncer de mama

Un tratamiento de quimioterapia en altas dosis, que implica un injerto de médula, logra tasas de supervivencia en las mujeres con cáncer de mama similares a las curas a base de quimioterapia con dosis más débiles. Esta es la conclusión tras el análisis de cinco estudios publicados ayer por la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO), que han reavivado el debate entre médicos, investigadores y pacientes sobre la cura a aplicar contra este cáncer que este año, sólo en EEUU, matará a 43.000 mujeres. La quimioterapia en altas dosis -entre cinco y treinta veces más fuertes que las normales- se aplica desde hace años en el caso de cáncer avanzado o metástasis y requiere al final del tratamiento un injerto de médula para restaurar el sistema inmunológico de la paciente, en la que hay que reemplazar las células sanas que quedan destruidas junto a las enfermas.

Según un estudio realizado en Estados Unidos entre 783 enfermas, las pacientes que recibieron una dosis de quimioterapia intensa tuvieron un 68% de posibilidades de sobrevivir y de lograr la curación a los tres años de iniciar el tratamiento frente al 64% de posibilidades que alcanzaron las mujeres que recibieron dosis normales.

Otros tres estudios, entre ellos uno realizado en los países escandinavos y otro en Francia, llegaron a conclusiones parecidas. La única investigación que se ha mostrado partidaria de la quimioterapia intensa ha sido la realizada en Suráfrica entre 154 mujeres. Tras un seguimiento de cinco años, los médicos obtuvieron que sólo en el 25% de las mujeres tratadas con altas dosis se volvió a reproducir el cáncer frente al 66% de las que recayeron en el grupo de las tratadas con quimioterapia más débil. Las tasas de mortalidad fueron del 17% y 35%, respectivamente.