4.500 pinturas y esculturas integran el patrimonio artístico de la Kutxa
Las últimas 147 obras de arte que han engrosado entre 1997 y 1998 el fondo cultural de la Kutxa ocupan por completo las tres salas de exposiciones que posee la entidad bancaria en San Sebastián. Esta muestra reúne en un mismo recinto creaciones de Jorge Oteiza, Darío de Regoyos, Joaquín Sorolla o Ricardo Baroja, entre otros. La última catalogación del patrimonio artístico de la caja guipuzcoana revela la existencia de 4.500 obras, que han sido compradas o donadas por artistas y particulares.
La Kutxa es el primer tenedor de obras de arte de Guipúzcoa en términos cuantitativos y cualitativos. La política que ha guiado desde siempre la obra cultural de la entidad ha consistido en "invertir en el arte guipuzcoano". En la actualidad, su colección artística suma 4.500 obras, entre pinturas, dibujos, grabados, cerámicas, esculturas, tapices y mobiliario. Es otra forma distinta de colocar el dinero, una "inversión caliente" que se revaloriza al alza con el paso del tiempo, explica Alberto Martínez Aramberri, jefe de la obra cultural de la Kutxa. La compra de cuadros ha convertido este patrimonio en un museo gigante, pero ficticio, repartido entre depachos directivos, salas de reuniones y oficinas bancarias. El responsable de este ingente volumen de creaciones, sin embargo, se apresura a matizar que a la caja sólo le inspira el "deseo de promocionar la cantera de artistas guipuzcoanos y vascos", y no la codicia de engordar sus plusvalías. Las adquisiciones artísticas proceden bien por la vía de las donaciones de los propios artistas o de particulares, bien a través de la compra a precios de mercado. En ocasiones, se encarga una obra concreta para decorar una oficina. La Kutxa, además, acostumbra a quedarse en propiedad una obra cada vez que un artista expone en cualquiera de sus salas. A cambio de no cobrar un canon de entrada y de prescindir del 40% del corretaje (participación en las ventas), la entidad bancaria exige la cesión de una pieza artística, cualquiera que sea ésta. La última valoración económica del fondo artístico data de 1990, que la entidad no ha concretado, y desde entonces la entidad no se ha "recreado en actualizar su valor en el mercado", afirma Alberto Martínez. La Kutxa, agrega el responsable cultural de la caja, no tiene un "afán mercantil", sino el de mostrar "la riqueza artística de nuestros pintores y escultores". Como resultado de esta política, durante 1997 y 1998 la Kutxa se ha hecho con otras 147 obras de arte, entre las que destacan trabajos de Jorge Oteiza, Néstor Basterretxea, Valentín Zubiaurre, Daniel Txopitea, Joaquín Sorolla, Darío de Regoyos, Gonzalo Chillida, Ricardo Baroja o Aurelio Arteta. Esta colección se expondrá hasta el día 9 de mayo en las salas Garibay y Arrasate. La exposición se celebra con periodicidad bienal desde 1989. El elevado número de asistentes a las exposiciones que organiza la Kutxa -210.000 visitantes en 1998- saturó en muchas ocasiones los recintos que posee la entidad, por lo que en agosto inaugurará en la calle Okendo una nueva sala de tres pisos (que suman 800 metros cuadrados de exposición), cuyo bautizo se oficiará con una muestra sobre el futuro Museo de la Ciencia que está construyendo la Kutxa en el Parque de Miramón. Al margen de la compra de la sala de exposiciones del Kursaal, de 1.000 metros cuadrados, por el que el Ayuntamiento donostiarra solicita cerca de 700 millones de pesetas, la Kutxa abrirá los locales de Okendo y cerrará el 1 de enero próximo las actuales salas.
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