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"Es indigno comparar la OTAN con la barbarie de Milosevic"

La campaña de las elecciones europeas va a desarrollarse previsiblemente bajo el estruendo de las bombas que caen sobre Yugoslavia. En vísperas de su primera gira electoral, que se inició ayer en España, el secretario general del Partido Socialista francés, François Hollande, de 44 años, sostiene que la intervención bélica es un acto político mayor de Europa que pone de relieve la urgencia de construir la identidad defensiva comunitaria. Pese a la división existente en el Gobierno de la izquierda plural, Hollande se muestra convencido de que el rechazo a la intervención mostrado por los ministros comunistas y por el titular de Interior Jean-Pierre Chévenment no dará lugar a una crisis en el Ejecutivo. Afable y simpático, buen comunicador, el hombre que ha sustituido a Lionel Jospin al frente del PS afirma que atizar ahora el antiamericanismo constituye "una indignidad". En su despacho de la calle Solferino de la capital francesa, Hollande encarna la renovación generacional del socialismo francés. Pregunta. ¿Qué lecciones extrae de la intervención en Yugoslavia?

Respuesta. La primera es que Europa ha dado un gran paso al haber asumido su responsabilidad en la búsqueda de una solución política sobre Kosovo y al haber aceptado, posteriormente, la intervención militar. Eso ha sido un acto político mayor porque es la primera vez que Europa se compromete en una acción contra un dictador que ataca a una parte de su pueblo. La segunda, que la Europa de la Defensa ha aparecido como la gran ausente. Estas lecciones deben permitirnos avanzar hacia una Europa dotada de identidad política y defensiva.

P. ¿Dentro de la OTAN?

R. De momento, sí. Pero hay que construir la Europa de la Defensa, como está previsto en los tratados de Maastricht y Amsterdam.

P. ¿Cuál es la razón del rechazo de una parte de la izquierda a la intervención en Yugoslavia?

R. Está el antiamericanismo que sitúa en el mismo plano a la OTAN y a la barbarie de Milosevic, que me parece indigno. La segunda razón es la tradicional amistad franco-serbia. Luego hay un pacifismo de izquierda que muestra, con razón, el horror de toda intervención militar.

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P. ¿Le preocupa la reacción del electorado socialista?

R. No. La limpieza étnica ha convencido totalmente a la opinión pública francesa de la necesidad de la intervención. Otra cosa es el movimiento comunista, que aparece retrasado en relación a la evolución del mundo.

P. ¿Pero el Gobierno de la izquierda plural podrá soportar sus contradicciones internas si la guerra se prolonga y se endurece?

R. Sí, porque, pese a las diferencias, hay un alto grado de convergencia entre todos los componentes del Ejecutivo. Además, es un debate que tienen todos los partidos de derecha e izquierda.

P. ¿La campaña electoral no corre el riesgo de quedar monopolizada por la guerra?

R. Sí, habrá que hacer un esfuerzo para que no se olvide el paro, la Europa social, la Europa ciudadana. Hay también un riesgo de que la guerra identifique a Europa con la crisis.

P. ¿El PS francés y su Gobierno están dispuestos a aumentar el presupuesto militar para evitar la dependencia de una OTAN dominada por EEUU?

R. El problema no es presupuestario, porque Francia consagra ya 200.000 millones de francos (cinco billones de pesetas) a la Defensa. El problema es la coordinación de los esfuerzos europeos. Habrá que poner en común los medios humanos y materiales, crear alianzas y fórmulas de cooperación entre las industrias militares europeas. Hay que decidir qué tenemos, qué debemos fabricar, cómo resolver el problema de la información, de qué satélites debemos disponer, estandarizar los materiales, agrupar a los Estados Mayores. Queremos que la persona responsable de esa política exterior y de seguridad europea que debe ser propuesta en las próximas semanas sea un político, no un funcionario.

P. Además del énfasis en la Europa social y política, ¿cuáles son las otras aportaciones socialistas al proyecto común europeo?

R. Once de los quince Gobiernos europeos son socialistas. Es una fuerza cohesionada que propugna que el Parlamento europeo ejerza un mayor control sobre las instituciones, que se aclaren las competencias de la Comisión Europea, que se extienda a otros terrenos el criterio de la mayoría cualificada. Defendemos una Europa mejor armada en todos los terrenos, además del Pacto Europeo por el Empleo, al que damos total prioridad.

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