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Las obras urgentes de la catedral de Girona costarán 331 millones

La red que cubre la fachada de la catedral de Girona para proteger a los visitantes de posibles desprendimientos resume la situación del templo. El avance del plan director que ayer presentó un equipo de técnicos propone, en los próximos tres años, actuaciones urgentes para paliar la degradación de la fachada, los vitrales, las cubiertas de la girola y la torre románica de Carlemany. Estos trabajos costarán 331 millones de pesetas.

El presupuesto de las obras incluye la restauración del tapiz de la creación -una joya textil del románico-, la reforma del presbiterio, el traslado del órgano, la realización de pruebas físicas para comprobar la resistencia de los pilares del claustro y el estudio de las fisuras que presenta la nave gótica. La propuesta debe ser aceptada por el Ministerio de Educación y Cultura y sufragada por el de Fomento a través del Plan Nacional de Catedrales. Los arquitectos han constatado que la piedra numulítica de Girona ha resistido bien el paso del tiempo en los muros, pero está sufriendo un alarmante desgaste en las zonas de desguace y en las que el material ha sido esculpido. Los desprendimientos se producen en cornisas, molduras, gárgolas y estatuas. Los vitrales góticos, uno de los conjuntos más importantes de Cataluña, corren también peligro de desprendimientos: algunos sufren la oxidación ambiental y muchos la destrucción sistemática por parte de desaprensivos que lanzan piedras. Este plan previo establece también las prioridades en la restauración de los bienes muebles. El primer lugar lo ocupa el Tapiz de la creación, al que siguen retablos y esculturas de la fachada principal. La reforma del presbiterio, incluida también en el capítulo de reformas urgentes, obedece a la voluntad de los clérigos de adecuarlo a la normativa litúrgica dictada por el Concilio Vaticano II. El traslado del órgano es una medida de orden estético. Su actual ubicación en el centro de la nave entorpece la visión de la gran nave, uno de los principales atractivos del templo. Los técnicos han decidido ubicarlo en el interior de una de las capillas laterales, donde tendrá una buena acústica y no entorpecerá las actividades litúrgicas ni turísticas. Sótanos y buhardillas Está previsto que mientras se lleven a cabo estas actuaciones urgentes, el equipo de técnicos continúe trabajando en los pormenores del Plan Director global del templo, con un coste estimado de 1.800 millones. En él se incluye la recuperación de espacios, entre ellos los sótanos y las buhardillas del templo. Los subterráneos servirán para ampliar el museo capitular y albergarán un sala de actos y una tienda. Las reformas permitirán también contemplar insólitas perspectivas desde los tejados y acceder al campanario a través de una pasarela de nueva construcción. Las previsiones más halagüeñas fijan el final de estas reformas para dentro de 10 o 15 años.

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