_
_
_
_

Los alumnos de Arquitectura creen que su carrera es un delito contra la salud

Hoy finaliza el plazo para que los alumnos de Arquitectura Superior de Sevilla depositen en la urna instalada en la entrada de la facultad sus quejas. Hasta ayer llevaban más de 750 firmas recogidas y un sinfín de enfermedades denunciadas. Protestan porque la vida que llevan con los estudios les ha provocado estrés, perdida de peso y de autoestima, irritabilidad, depresión, crisis nerviosas, taquicardias, dependencias de estimulantes, falta de concentración... Pero también acusan al profesorado de incompetencia y malos tratos.

Los alumnos quieren que el Servicio de Asistencia Jurídica de la Universidad les dé una solución para poder convertir estas quejas en una causa judicial y denunciar que están siendo víctimas de un delito contra la salud pública. Pero desde el Servicio Jurídico entienden que eso es algo inviable. "No todo lo injusto es ilegal. Además no podemos hacer nada ante un cajón de sastre, porque cada queja tendría una respuesta y más bien de carácter administrativo. Nosotros no podemos demostrar que esos trastornos que denuncian estén relacionados con las actitudes del profesorado. Creo que lo que denuncian tiene más bien trascendencia psicológica que judicial", explicó ayer Reyes Fernández desde el Servicio de Asistencia Jurídica. Pero los alumnos insisten en que es la vida que llevan con los estudios la que les ha provocado todas esas dolencias: agotamiento, problemas oculares, falta de vida privada, inseguridad, desmayos y hasta desamor. "El año pasado me gasté más dinero en médicos que en matrícula. Me dijeron que descansara, que me divirtiese, que hiciera deporte. Y lo hago, pero este año aprobaré sólo un par de asignaturas", dice Ana Báez. Problemas que el Servicio de Asesoría Psicológica de la Universidad entiende y trata de solucionar. "Cuando uno se marca unas expectativas y no las consigue repercute en la calidad de vida. Eso pasa en todos los órdenes y niveles, pero no podemos hacer aseveraciones genéricas ni demostrar la culpabilidad del profesor en ello. Lo que sí hacemos desde hace años es organizar cursos de rendimiento académico individual o en grupo". El curso pasado el 30% de las demandas que llegaron hasta este servicio eran de esta índole y fueron los alumnos de Derecho, Empresariales y Psicología los que más problemas formularon. Pero las quejas de Arquitectura no se acaban en las dolencias físicas o psíquicas. Acusan a parte del profesorado de humillaciones, incompetencia y malos tratos. Y critican la carga de horas lectivas y de asignaturas que tienen así como las exigencias de algunos profesores que no se ajustan a los conocimientos recibidos. Esa es la única queja que verdaderamente preocupa al director de la Escuela, Félix Escrig. "No sé nada de humillaciones ni malos tratos porque en cuatro años que llevo de director no he recibido ninguna queja semejante. Si las hubiera me preocupa porque nadie tiene por qué tolerarlo". Por lo demás, Escrig piensa que su Escuela está muy sana porque la incidencia de males no supera la media de la sociedad. Pero alrededor de la urna se apiñan los alumnos. Todos suscriben los males que allí se denuncian. "Un arquitecto no es como otros estudiantes, te tiras en la Escuela mucho tiempo, el plan de estudios no funciona, cada departamento tira para sí mismo, pero problemas cervicales los hay en todas las carreras", afirma Miguel Torres, 5º de Arquitectura.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_