Realizada a dos fetos la primera operación intrauterina de España
El hospital Vall d'Hebron salva a dos gemelas con una grave anomalía sanguínea
Eran los fetos de dos niñas de 21 semanas de gestación, y su vida estaba en peligro porque sufrían una grave anomalía denominada transfusión sanguínea feto-fetal, que se produce en las gestaciones de gemelos procedentes de un solo óvulo, y consiste en que uno de ellos bombea sangre a la placenta del otro. Un equipo del hospital infantil de Vall d'Hebron de Barcelona ha cauterizado los vasos que comunicaban a los dos fetos, en la primera intervención quirúrgica intrauterina que se realiza en España.
La operación fue realizada el sábado por los doctores Martínez Ibáñez, Martínez de la Riba y Elena Carreras, de Vall d'Hebron, y Eduard Gratacós, que se ha formado en la Universidad de Lovaina, uno de los centros con mayor experiencia en este tipo de intervención.La operación duró tres horas y se hizo por un procedimiento similar a la laparoscopia: a través de un tubo de apenas dos milímetros se introdujo un foco de luz, una cámara y el conducto de rayos láser, unos utillajes diminutos y muy complejos cuyo manejo exige una gran destreza. El equipo había experimentado la operación en ovejas y decidió realizar la primera intervención en colaboración con la Universidad de Lovaina para mayor seguridad, según Luis Cabero, jefe del servicio de ginecología de Vall d'Hebron. Cabero resaltó ayer la importancia de esta operación, no sólo para resolver esta anomalía concreta, sino como puerta abierta a intervenir otras malformaciones.
La transfusión sanguínea feto-fetal no es una anomalía frecuente. Se produce en el 15% de los embarazos gemelares univitelinos, que a su vez son el 5% de todas las gestaciones con gemelos. Pero es muy grave. Los médicos estiman que las niñas operadas el sábado tenían un 90% de posibilidades de morir. El feto donante corría peligro de morir a causa de una hipoxia (falta de oxígeno) por falta de sangre, y el feto receptor, a causa de una cardiopatía provocada por la sobrecarga de sangre. Cabero estima que en España se producen unos 25 o 30 casos anuales que precisarían este tipo de intervención. Suele diagnosticarse sobre las 18 semanas de gestación y el primer síntoma es un aumento anormal de líquido amniótico.
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