El mayor proyecto urbanístico de Bilbao sale aprobado con el apoyo del 80% de los concejales
El Ayuntamiento de Bilbao aprobó ayer, con un gran respaldo (21 votos a favor y seis en contra), su proyecto más importante de la legislatura: el plan de Abandoibarra. Pese a que Izquierda Unida votó en contra de sus dos socios de gobierno, PNV y PSE lograron el apoyo desde de la oposición del PP y el Grupo Mixto. La petición de un referéndum para refrendar el proyecto, las críticas al centro comercial previsto y la exigencia de más zonas verdes centraron un debate calmado, sin crispación. En dos meses comenzarán las primeras obras en Abandoibarra.
Seis años después de que el urbanista argentino César Pelli ganara el concurso de ideas arquitectónicas y tras un lustro de proyectos que nunca llegaban a materializarse, el pleno municipal de Bilbao dio ayer el arranque a su actuación urbanística de mayor envergadura. Atrás ha quedado la renuncia temporal de Pelli a dirigir el proyecto tras las dudas de las autoridades, las controversias por la construcción de un centro comercial que al final se ha tratado de descafeinar y el proyecto original del año 1995, que preveía más cemento y menos áreas verdes. Persiste en cambio una oposición de vecinos, comerciantes y arquitectos que, como algunos partidos políticos, abogan por crear un gran parque, sin oficinas, viviendas o rascacielos. El diseño ratificado ayer prevé, en 34 hectáreas de terreno, que haya dos terceras partes de la superficie para zonas verdes, con dos parques y espacios libres. El resto serán edificios para financiar un plan que cuesta 11.000 millones de pesetas (66 millones de euros), como un hotel de lujo, un centro lúdico-comercial, la torre de 30 pisos que albergará la única sede de la Diputación, cinco bloques de 600 viviendas, dos edificios de oficinas, la Biblioteca de la Universidad de Deusto y el Rectorado de la UPV. Como se esperaba, IU se unió al rechazo mostrado por HB e Iniciativa Ciudadana Vasca (ICV). "Este proyecto beneficia a las capas más altas de la población y no crea una ciudad compacta", explicó la portavoz de IU, Julia Madrazo, quien aludió a la construcción del centro comercial y las viviendas de lujo como razones de peso para oponerse al plan urbanístico. José María Gorordo (ICV) defendió la convocatoria de un referéndum, una propuesta que sería rechazada pese a contar con el apoyo de IU, HB y el Grupo Mixto. "Se ha eludido la participación ciudadana. Tienen en contra a todos los colectivos sociales de Bilbao", argumentó Gorordo, quien mantuvo una agria disputa con el alcalde, Josu Ortuondo, al ser retiradas ocho de las 15 enmiendas que presentó ICV. Dabi Alonso (HB) coincidió en la falta de participación social en un plan "que viene marcado desde Madrid. De aquí se quiere sacar un grandísimo negocio". El Grupo Mixto, que agrupa a dos ediles escindidos de ICV, apoyó el referéndum, pero también el plan al argumentar que no se puede disponer de 30 hectáreas dedicadas "a una campa festiva ni un Manhattan lleno de edificios", dijo su portavoz, Javier Axpe. El PP, cuyo apoyo fue la clave para el amplio respaldo al contar con siete concejales, justificó el apoyo al equipo de gobierno porque "no es una cosa cerrada, sino un proyecto para empezar a trabajar. Luego pueden cambiar las cosas, pero tiene que haber un plan para empezar a caminar", expuso su portavoz, Ascensión Pastor. Luz verde a la Diputación El concejal de Urbanismo, Dimas Sañudo (PSE), defendió el proyecto por las modificaciones introducidas respecto al plan de 1995. "Se trata de mejorar lo que existía", dijo después de recordar que hace cuatro años no hubo alegaciones. Ibon Areso (PNV) mantuvo, en contraposición a los grupos de la oposición, que las actuaciones en Abandoibarra "benefician a todo el comercio de Bilbao". Josu Ortuondo, en un alegato sobre la génesis de Abandoibarra, destacó que una tercera parte del área se va a dedicar "para que Bilbao sea una ciudad que ofrezca oportunidades de empleo y bienestar". El consistorio también dio el visto bueno, en otro pleno extraordinario celebrado posteriormente, a la recalificación de los principales edificios propiedad de la Diputación en Bilbao. Ello permitirá a la institución foral pagar su futura sede en el rascacielos de Abandoibarra y desarrollar así la operación inmobiliaria más importante de Euskadi, con un coste de 15.000 millones de pesetas (90 millones de euros). El equipo de gobierno volvió a dividirse en este asunto: se aprobó con los votos de PNV, PSE, PP y Grupo Mixto. Izquierda Unida se alineó con HB e ICV para votar en contra.
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