Borrell afirma que Hacienda ha cerrado su expediente sin hallar nada relevante

El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, dio ayer por concluida la polémica abierta por su entorno más inmediato ante una supuesta inspección de la Agencia Tributaria en relación con su declaración de la renta de 1997. Borrell manifestó que "ha atendido" el requerimiento que Hacienda le hizo la semana pasada para que aclarase una serie de datos y que, en consecuencia, la Agencia ha resuelto cerrar el expediente "sin que haya aparecido nada relevante ni que pueda motivar actuaciones posteriores".

El propio Borrell quiso ser contundente al aclarar, poco antes de participar en un seminario sobre la Unión Europea organizado por la Fundación Alternativas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, que su declaración de la renta de 1997, sobre la que le había solicitado datos la Agencia Tributaria, "ha sido revisada en los términos planteados en el requerimiento, y el expediente ha sido cerrado sin que haya aparecido nada que pueda motivar actuaciones posteriores" ni nada "relevante". "No hay nada que merezca ningún elemento de preocupación ni para la Hacienda pública ni para mí". Así, subrayó que el caso, denunciado la semana pasada por personas de su máxima confianza como el preámbulo de una inspección fiscal con claros tintes políticos, se puede "dar por cerrado".El PP, aun así, quiso aprovecharse ayer de las disfunciones observadas los últimos días en el entorno más cercano del candidato socialista a la Presidencia del Gobierno para criticar el funcionamiento de su oficina, "que parece una ruina", y también los últimos comportamientos del propio Borrell, "que ha atravesado su semana más aciaga", según Rafael Hernando, portavoz oficial de los populares.

El dirigente popular se referió, en principio, a la ausencia de Borrell en el acto público de conciliación al que le convocó el ministro portavoz del Gobierno, Josep Piqué, para que se ratificase o no ante el juez respecto a unas declaraciones en las que el candidato tildaba de prevaricador o estafador fiscal al ministro de Industria. Frente a este comentario, la secretaria general del Grupo Socialista en el Congreso, María Teresa Fernández de la Vega, acusaba al Gobierno de José María Aznar de "manipular" a la Justicia al acudir a los tribunales para resolver problemas políticos que deberían abordarse en el Parlamento. Hernando también incluyó en el análisis de la, en su opinión, semana negra de Borrell y su oficina, la denuncia sobre la presunta inspección fiscal por parte de la Agencia Tributaria.

Cuando se le pidió una observación sobre las declaraciones de Cristina Narbona, colaboradora de Borrell y número dos socialista a la alcaldía de Madrid, según las cuales ve abocado al PSOE a un congreso tras las elecciones por los constantes problemas con las listas, Hernando concluyó, en tono condescendiente, deseando a los socialistas que resuelvan cuanto antes sus problemas internos.

El portavoz de la oficina del candidato, el diputado Luis Yáñez, replicó inmediatamente a Hernando subrayando que el Partido Popular se aferra a este tipo de "cortinas de humo" para ocultar "el goteo inacabable" de sus casos de corrupción.

Yáñez reprochó al Gobierno y al PP que se dediquen a proferir "insultos y descalificaciones de la más baja estofa" contra Borrell en vez de dar explicaciones sobre "el fracaso de la cumbre de Berlín, el ridículo y la falta de talla internacional de José María Aznar en la guerra de los Balcanes" y el fiasco que se produjo en el tráfico aéreo y terrestre, con 169 muertos en las carreteras, en las vacaciones de Semana Santa.