La OTAN afirma que no planea invadir Yugoslavia ni amenaza la seguridad de Rusia
Frente a anteriores sugerencias, murmullos e insinuaciones, la OTAN declaró solemnemente ayer que no entrará en Kosovo con tropas terrestres. Así reaccionó al dramatismo con que Moscú respondió a esa hipótesis. "Nadie piensa" en una invasión, dijeron sus portavoces. La Alianza minimiza el nerviosismo del presidente Borís Yeltsin, atribuyéndolo a su necesidad de calmar a la oposición parlamentaria comunista. En Washington, portavoces del Gobierno aseguraron que EE UU tiene garantías de que Rusia no intervendrá militarmente en los Balcanes.
La cúpula de la Alianza se tomó parcialmente en serio las contradictorias amenazas de reprogramar hacia los territorios de los Diecinueve las cabezas nucleares de los misiles rusos si emprenden la conquista de Kosovo por tierra. "Nadie piensa en ello", respondió el portavoz, Jamie Shea. "La OTAN no se plantea ninguna forma de invasión, no planea ahora un ataque por tierra", insistió. "Las operaciones en marcha no suponen ninguna amenaza, ni siquiera remota, para la seguridad de Rusia", apostilló.La doctrina oficial aliada sigue pues invariable. Sólo se enviarán infantes y artilleros en el marco de una fuerza de interposición como la prevista en los acuerdos de Rambouillet, con el consenso de Belgrado, y tras el establecimiento de un alto el fuego, justamente para garantizar su efectividad. O al menos de un "entorno permisivo", que consiga igual el silencio de las armas, aunque de manera menos formalizada.
Pero igual que respondió a ellos en serio, la Alianza negó credibilidad a los mensajes moscovitas, sobre todo por las versiones contradictorias de distintas autoridades, y en la creencia de que se trata de una maniobra para tranquilizar a la oposición comunista. "Me creo al jefe de las fuerzas estratégicas rusas cuando dice que no ha recibido la orden" de reprogramar los misiles, minimizó Shea.
Calma en la Casa Blanca
La Casa Blanca reaccionó con calma a las noticias contradictorias de Moscú. Bill Clinton ni aludió a ellas en su intervención pública diaria sobre el conflicto de Kosovo, y sus portavoces se limitaron a aconsejar a Moscú que siga al margen de la guerra que la OTAN libra contra la Yugoslavia de Milosevic.Mike Hammer, portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca declaró que Washington no estaba oficialmente al corriente de que Yeltsin hubiera ordenado que los misiles rusos vuelvan a apuntar a EEUU y los países de la OTAN: "Hemos leído las informaciones periodísticas, pero nosotros estamos en permanente contacto con el Kremlin y no tenemos ninguna confirmación de haya ordenado que sus misiles cambien de blancos potenciales".
A última hora de la tarde, Joe Locharth, portavoz de la Casa Blanca, declaró: "Hemos recibido garantías, a un alto nivel, de que Rusia no será arrastrada a participar en el conflicto de los Balcanes y de que el presidente Yeltsin no ha dado órdenes para que sus misiles apunten a los países implicados".
Desde el comienzo del conflicto, Washinton da por hecho que las necesidades económicas de Rusia pesan más que su indignación por el ataque a Yugoslavia, por lo que su protesta se reducirá a los ámbitos políticos y diplomáticos. El jueves, el vicepresidente Al Gore habló por teléfono con el primer ministro Eugeny Primakov para urgirle una vez más a que "las diferencias sobre Kosovo no interrumpan el proceso de mejora de relaciones entre EE UU y Rusia".
"Tenemos opiniones divergentes sobre Kosovo, pero también una amplia relación", dijo ayer Hammer, el portavoz del Consejo de Seguridad. Washington mantiene abierta la posibilidad de invitar a Rusia a participar con tropas en una eventual misión de pacificación de la OTAN en Kosovo, señalaron ayer fuentes del Pentágono.
La polémica entre Rusia y la OTAN arranca de la puesta en marcha de una fuerza terrestre móvil en Albania, de entre 6.000 y 8.000 hombres, que entrará en funciones el próximo miércoles, según anunció ayer la Alianza. Se ha interpretado que podría ser la avanzadilla de un futuro cuerpo invasor, aunque su objetivo formal es ayudar al Gobierno de Tirana y a las ONG para las tareas de ayuda humanitaria. Los mandos aliados se muestran orgullosos por la cooperación prestada en este ámbito por sus huestes (construcción de campos de refugiados en Macedonia, ayuda directa). Pero ayer fueron sensibles a las críticas que representantes de ACNUR les dirigieron por ese protagonismo: "La OTAN no quiere sustituir ni a ACNUR ni a las ONG, sólo pretende ayudarlos". Como muestra, un botón: decidieron traspasar uno de los campos de refugiados macedonios a la ONG Acción contra el Hambre.
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