'Drag queens', ministros y otras cármenes

Más que por Agnes Baltsa, más que por la dirección escénica de Emilio Sagi o la musical de García Navarro, el morbo que se respiraba ayer en el Teatro Real venía de otros contornos. Ayer a lo que estaba la gente era a ver si los 500 modelos que había creado Jesús del Pozo vestían bien el espectáculo y, sobre todo, a ver si Teresa Berganza le sacaba los ojos al director artístico del coliseo madrileño, después de las declaraciones de éste en las que afirmaba que la mezzosoprano madrileña estaba vieja para un papel que ha cantado más de 150 veces.Berganza llegó al teatro sonriente, envuelta en un abrigo de piel y en pie de guerra. "García Navarro me ha llamado hoy, supongo que para pedir disculpas, pero ya es tarde", dijo antes de que comenzara el espectáculo, y prosiguió: "Eso no se arregla así, se arregla mandándome un ramo de flores". Genio y figura. Pero los aromas de otros tiempos y la música de Bizet debieron aplacar sus ánimos porque, al final del espectáculo, la cantante pasó al camerino de García Navarro para "arreglar diferencias", según los responsables del Real.

En cuanto a los modelos de Del Pozo, causaron fuerte división de opiniones. De los colores crudos y fríos del primer acto, el diseñador pasó a lo caliente y lo pasional en el segundo, donde se permitió el lujo de travestir a un actor con modelo bata, de tonos lila y peluca revuelta. Quizás surgió la confusión porque el público no sabía bien si se trataba de una drag queen escapada de algún tugurio o del mismísimo Rappel despeinado.

Estas licencias puede que fueran la causa de que alguna parte del público pataleara al modista pero los que seguro que no lo hicieron fueron los reconocidos fans del diseñador madrileño, como la esposa del presidente del Gobierno, Ana Botella, a la que acompañaron los dos vicepresidentes del Ejecutivo, Rodrigo Rato y Francisco Álvarez Cascos, con su esposa, Gemma Ruiz Cuadrado, además de varios ministros: Margarita Mariscal de Gante, de Justicia; Rafael Arias-Salgado; de Fomento, y Mariano Rajoy, de Educación y Cultura, que ayer fue por primera vez al teatro de la plaza de Oriente. Con ellos hizo pandilla una ex colega, Esperanza Aguirre, hoy presidenta del Senado.