La Dulwich Gallery expone en el Museo de Bellas Artes de Bilbao su visión de las escuelas europeas
Las principales escuelas históricas europeas están representadas en la exposición Obras maestras de la Dulwich Picture Gallery,que hoy se inaugura en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. A través de medio centenar de piezas, la selección de los fondos de la Dulwich permite recorrer tres siglos de pintura de las escuelas flamenca, holandesa, francesa española y británica. La Dulwich, la pinacoteca pública más antigua del Reino Unido, es el paradigma del gusto de los coleccionistas ingleses del siglo XVIII, con su doble admiración por el clasicismo y el naturalismo.
La remodelación del edificio de la Dulwich Picture Gallery, un museo ubicado en el barrio del mismo nombre del sur de la ciudad de Londres, ha permitido exponer una selección de sus fondos. Tras su exhibición en Madrid, la exposición, patrocinada por el Banco Bilbao Vizcaya, llega a Bilbao, donde permanecerá hasta finales del mes de mayo. Las obras seleccionadas para la exposición por la comisaria Carmen Giménez reunen pinturas de artistas de primera fila que abarcan la escuela flamenca (Rubens y Van Dyck), holandesa (Rembrandt), francesa (Poussin, Lorena, Fragonard), italiana (Rafael, Veronés, Bellucci, Tiépolo), española (Murillo) y la británica (Reynolds, Gainsborough, Rommey Laurence). El recorrido propuesto parte de los pintores italianos del siglo XVI para llegar hasta el XIX, con una variada representación de artistas británicos. Entre las obras más notables de la exposición se encuentra la Niña de las flores, de Murillo; Venetia Stanley, Lady Dygby en su lecho de muerte, de Van Dyck y Las ninfas dormidas junto a una fuente, de sir Peter Lely. La mayor parte de los fondos de la Dulwich, unas 600 pinturas de las que cerca de la mitad pueden estar expuestas al público, están formados por pinturas europeas de los siglos XVII y XVIII. También posee una curiosa serie de retratos de actores del teatro del XVII, interpretando a diversos personajes. El museo, inaugurado en 1807, fue diseñado por sir John Seoane, el arquitecto del Banco de Inglaterra, con el objetivo de permitir el máximo aprovechamiento de la luz natural, lo que todavía confiere un ambiente especial a las salas de exhibición. El edificio está rodeado por jardines y en un entorno de zonas verdes. Además de disfrutar de las obras maestras seleccionadas, la exposición refleja como se fue modelando el gusto artísticos en Gran Bretaña y el coleccionismo a partir de la segunda mitad del XVIII. La Dulwich Gallery es un buen ejemplo de la admiración dominante entonces por el clasicismo, patente en su interés por la pintura italiana, y, al mismo tiempo, por el naturalismo, que queda patente en las obras de las escuelas flamenca y holandesa. La mayor parte de las obras más destacadas de la colección Dulwich fueron adquiridas por Noel Desenfans y Francis Bourgeois, dos comerciantes de arte que, desde el próspero Reino Unido de la época, se convirtieron en proveedores para todo el continente europeo. Uno de sus clientes fue el rey de Polonia Stanislaus II Augustus. En las obras adquiridas para el monarca polaco está el germen de la colección Dulwich, ya que al ser obligado a abdicar llevó otra vez a manos de los dos comerciantes británicos un formidable legado artístico.
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