Sueños

Con su última novela, Restos de carmín (Espasa), Juan Madrid (Málaga, 1947) dice que ha echado el resto. Tras llegar a la cincuentena y pasar una crisis absurda -"de ésas que todos pasamos", opina- (para él supuso un paréntesis de seis años sin poder escribir una novela), Madrid se planteó este libro como vital en su trayectoria. En 1995 se fue al barrio neoyorquino de Harlem a escribir un reportaje sobre los hispanos. Redactó 600 páginas que se han quedado en 270. Y ese anhelo que vio en todos los hispanos de querer ser americanos es lo que le ha servido al autor para hablar acerca del deseo que alimenta los sueños. "Todos tenemos un sueño, ser director de algo, escritor, artista o enamorarse, y siempre en contradicción con la realidad, que es cruda y oscura", declara.Pero en esta novela, de trama policiaca, Madrid también ha querido "hacer un ajuste de cuentas con el arte de escribir, escribiendo de varias maneras", explica. Él se camufla de literato culto para que le admitan en los círculos literarios. "Pero sigo siendo ese niño asustado de Málaga que no quiere más que contar historias".