París se opone a que los kosovares sean diseminados por el mundo
Francia se opone a la idea de que los refugiados albanokosovares sean repartidos por el mundo. Frente a la postura de los gobiernos que se muestran dispuestos a acoger a parte de la riada humana que fluye de Kosovo, el Ejecutivo francés propone desplegar toda la ayuda humanitaria precisa en los países limítrofes con Yugoslavia. "No aceptamos el hecho consumado de las deportaciones perpetradas por los serbios. Ésta es la cuestión fundamental a la que tenemos que hacer frente, también en el terreno militar. El objetivo es que estos hombres y mujeres vuelvan a sus casas", ha advertido el primer ministro, Lionel Jospin.La postura del Gobierno de París, mal recibida por parte de la izquierda francesa, ha encontrado eco en Roma y Londres. El presidente italiano, Massimo D"Alema, ha exhortado a los kosovares a no dispersarse en Europa para no dar carta de naturaleza a la limpieza étnica desencadenada por el régimen de Belgrado.
La posición del Gobierno francés, que cuenta en este caso con el respaldo expreso de la oposición, ha sido interpretada en círculos políticos de la izquierda como una manera de eludir el problema, de desentenderse de la suerte de los cientos de miles de refugiados. Ante las críticas, el ministro de Defensa, Alain Richard, tuvo ayer que matizar que Francia no se niega a otorgar permisos provisionales de residencia a los albanokosovares, pero sí trata de evitar que los refugiados temporales se conviertan en permanentes. Los prefectos franceses han recibido ya la orden de facilitarles permisos de estancia.
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