Estrategas de la Alianza Atlántica analizan el posible envío de tropas de tierra a Yugoslavia
Los analistas militares de la OTAN en EE UU y en Europa han comenzado a evaluar planes hipotéticos para el despliegue de tropas de tierra en Yugoslavia, según altos cargos de la Alianza citados por el diario The Washington Post. Los estrategas consideran que ese posible despliegue constituye la única manera de hacer eficaz la operación aliada, al tiempo que facilitaría el regreso de cientos de miles de refugiados. Desde el inicio de la operación militar, la Casa Blanca y el Pentágono niegan varias veces al día que existan planes o intenciones de apoyar la campaña aérea con tropas de tierra.
Ken Bacon, portavoz del organismo militar estadounidense, comienza a mostrarse enfadado cuando se le repite la pregunta; el pasado fin de semana inició una conferencia de prensa con esta declaración: "Tengo que hacer un comentario sobre todos los artículos en periódicos de todo el mundo en los que se dice que estamos planeando invadir Kosovo o Yugoslavia. Es mentira", aseguró Bacon.Sin embargo, el diario de Washington cita a un alto cargo militar que forma parte de la cúpula encargada de organizar la operación de la OTAN. Este oficial asegura que los países aliados pueden haberse equivocado al no planificar de antemano el posible refuerzo de la campaña aérea con una operación terrestre. "La operación militar está en un punto de inflexión. Se está empezando a reevaluar la situación", asegura este militar.
Otras fuentes diplomáticas y militares citadas por el diario aseguran que los gobiernos de los países aliados, y en especial el de EE UU, tienen la sensación de que las imágenes transmitidas por las televisiones han logrado que la opinión pública esté cada vez más receptiva ante la idea de una posible intervención terrestre, con el coste humano que conllevaría.
Varios informes de los servicios secretos de EE UU aseguran que Milosevic puede estar a punto de lograr su objetivo militar: la destrucción del movimiento rebelde en Kosovo y la expulsión de más de un millón de personas de ascendencia albanesa. The Washington Post asegura que algunos responsables del Pentágono están "avergonzados" por los mediocres resultados de la campaña aérea, y especialmente, por su incapacidad para frenar a los 20.000 soldados yugoslavos que ocupan el norte de la provincia.
Hay un problema adicional en EE UU: si en los próximos días la campaña aérea sigue proporcionando resultados de dudosa valoración resurgirá el enfrentamiento político sobre la implicación norteamericana en la crisis y el coste de la factura militar. Un informe del Centro de Valoración Presupuestaria y Estratégica asegura que los primeros nueve días de bombardeos han costado 500 millones de dólares (casi 80.000 millones de pesetas) al estamento militar norteamericano. Cada misil disparado desde un barco cuesta un millón de dólares (155 millones de pesetas) y cada misil disparado desde un avión dobla ese precio.
La secretaria de Estado, Madeleine Albright, aseguró en la NBC que los ataques de la OTAN "seguirán durante un tiempo largo" a menos que Milosevic "pare las matanzas en Kosovo". Tanto Albright como el consejero de Seguridad Nacional, Sandy Berger, negaron tajantemente que haya intención alguna de enviar tropas de tierra antes de que se firme un acuerdo de paz. Según Berger, una invasión de Kosovo "no está entre nuestros intereses nacionales. Tardaríamos semanas o meses, luchando pueblo a pueblo. Habría miles de bajas. No creemos que sea necesario para alcanzar nuestro objetivo", aseguró.
La Administración estadounidense confirmó anoche el envío a Albania de 24 helicópteros de combate Apache junto con un nuevo destacamento militar de 2000 hombres. Los Apache AH-64 son helicópteros especialmente diseñados para atacar carros de combate. Hoy también está previsto que llegue al Adriático el portaaviones Theodore Roosevelt.
[Por otra parte, la revista Newsweek informa esta semana que varios oficiales serbios prepararon un compló para echar a Milosevic a principios de los noventa, pero abandonaron la idea al no lograr el apoyo de la CIA, la Agencia Central de Inteligencia.]
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