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Serbia captura a tres soldados de EE UU

Los militares patrullaban en la línea fronteriza entre Macedonia y Kosovo

Enric González

Los sargentos Andrew Ramírez y James Stone y el soldado Steven Gonzales, miembros de la Fuerza de Reconocimiento del Ejército de Estados Unidos, iniciaron su misión a mediodía del miércoles. Viajaban a bordo de un blindado ligero y, como en jornadas anteriores, debían patrullar en compañía de otros vehículos un tramo de la frontera entre Macedonia y Serbia, aproximadamente entre las localidades de Lajane y Pelince, situadas al norte de su base de Kumanovo. Poco después de las cuatro de la tarde, lanzaron una llamada de auxilio a la base: eran tiroteados, estaban rodeados y les era imposible emprender la retirada. Eso fue todo. Hasta que el jueves por la mañana sus rostros magullados aparecieron en la televisión serbia. Eran prisioneros del Ejército serbio en un lugar desconocido de Yugoslavia. Estados Unidos calificó la captura de "detención ilegal".

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La agencia oficial yugoslavia, Tanjug, anunció, citando a un funcionario serbio de Kosovo, que los tres estadounidenses serán juzgados a partir del viernes por el tribunal militar de Pristina. Estados Unidos opina que llevarlos a un consejo de guerra es "ridículo", informa Javier del Pino desde Washington. Según Bill Clinton, los soldados llevaban a cabo "una misión de paz en Macedonia" cuando fueron capturados y trasladados a territorio yugoslavo. Clinton asegura que no hay nada que justifique la "detención, el secuestro y menos aún el juicio" de los soldados estadounidenses. El presidente norteamericano, en una acto militar en Virginia, advirtió a Milosevic de que sólo él y su Gobierno serán responsables de lo que pueda ocurrirles. "Estados Unidos cuida de los suyos", dijo Clinton en tono solemne.

Poco después, el Pentágono anunció el próximo envío para reforzar el dispositivo aliado contra Yugoslavia de otros 13 aviones F-117 Stealth, como el derribado cerca de Belgrado, lo que elevará su número a 24. El secretario de Defensa, William Cohen, aseguró que EE UU hará "todo lo que esté en su mano" para garantizar el regreso de los soldados sanos y salvos. "Tenemos algunas iniciativas en marcha", dijo el general Henry Shelton sin responder claramente a un periodista que preguntó sobre la posibilidad de que se organice una operación de rescate. Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado, James Rubin, se mostró preocupado por el aspecto que presentaban en las imágenes de televisión y pidió que se les garantizase asistencia médica y un trato humanitario. Estados Unidos los considera "prisioneros de guerra" que deben beneficiarse de la Convención de Ginebra.

Operación de búsqueda

En cuanto se perdió el contacto con la patrulla, muchos de los 10.000 soldados de la OTAN estacionados en Macedonia se lanzaron a una intensa búsqueda. Helicópteros, aviones de espionaje, fuerzas motorizadas y tropas a pie rastrearon la zona fronteriza donde, supuestamente, se encontraban los tres soldados cuando se toparon con los serbios. Las máximas autoridades de Macedonia fueron informadas, pero el pequeño Ejército local fue mantenido al margen. La operación movilizó muchos de los recursos que la OTAN ha acumulado en territorio macedonio, a la espera, en principio, de desplazarse algún día hacia Kosovo para garantizar la aplicación de un hipotético plan de paz. Pero la intensidad se combinó con la discreción. Durante casi nueve horas, los periodistas en la zona ignoraron el sentido de los movimientos de tropas que se desarrollaban ante sus propios ojos.

Los vuelos de helicópteros y la perceptible inquietud y malhumor de las patrullas en la región de Kumanovo podían ser atribuidos a la cotidiana tensión en la zona, fronteriza con Serbia y poblada mayoritariamente por serbomacedonios claramente hostiles a las tropas de la OTAN. Se sabía, además, que el Ejército serbio disponía de importantes contingentes al otro lado de la frontera.

Poco después de las tres de la madrugada del jueves, el rumor de que tres soldados habían desaparecido empezó a circular por el hotel Continental de Skopje, sede del centro de información de la OTAN. El teniente coronel Calvin Clifford, portavoz del centro, se limitó a confirmar la noticia sin proporcionar detalles. En Kumanovo, unos 50 kilómetros al noreste de Skopje, el amanecer sorprendió a cientos de soldados estadounidenses, británicos, franceses y alemanes en plena actividad, tras una noche en vela. A esa hora, sin embargo, las esperanzas de reencontrar a los soldados eran mínimas. "No disponen de un localizador vía satélite, a diferencia del piloto que cayó en territorio yugoslavo. Hemos rastreado la zona en que debían encontrarse al hacer la última llamada y no están allí, ni ellos ni el vehículo", comentó un oficial. La frontera fue sistemáticamente peinada, sin resultados. La fatiga se reflejaba en los rostros.

La conmoción fue enorme cuando, poco después de las ocho de la mañana, Ramírez, de 24 años, Stone, de 25, y Gonzales, de 21, aparecieron en las pantallas de televisión, permanentemente conectadas a la CNN en el centro de información de la OTAN. "¡Los han machacado! ¡Los han machacado!", repetía un oficial estadounidense. Ese mismo oficial afirmó luego, sin embargo, que se sentía relativamente aliviado: "Al menos sabemos que están vivos. Sinceramente, yo me temía algo peor". La información facilitada por el Pentágono, asegura que Stone está casado y tiene un hijo, pero no dice nada sobre los otros dos militares que, por sus apellidos, son de origen hispano.

Horas después, el jefe de las fuerzas aliadas en Europa, general Wesley Clark, calificó el suceso de "secuestro" y dio por seguro que la escaramuza se había registrado dentro de Macedonia. A las diez de la mañana, cuando la operación de búsqueda fue definitivamente cancelada, las cosas parecían menos claras. "No es del todo descartable que se extraviaran unos kilómetros y pasaran in voluntariamente al otro lado. En ese caso, sin embargo, debieron intentar retroceder hacia Macedonia, porque esas son las órdenes. Si no lo hicieron fue, en esa hipótesis, porque la fuerza contraria, se lo impidió", declaró un oficial.

Misión en fase transitoria

La unidad de la Cuarta División del Ejército estadounidense a la que pertenecen Ramírez, Stone y González, normalmente estacionada en Alemania, se encuentra ahora en una situación transitoria, o incluso irregular. Llegaron a Macedonia en diciembre, como parte de un contingente de cascos azules de Naciones Unidas. Sin embargo, el mandato para el despliegue de los cascos azules no ha sido confirmado por el Consejo de Seguridad de la ONU y las fuerzas que debían desempeñar esa misión están abandonando poco a poco el país. Los 350 soldados estadounidenses que permanecen en la base de Kumanovo están a la espera de integrarse en la misión sustitutoria de la OTAN, cosa que aún no se ha hecho efectiva. "Pensamos que no tenía mucho sentido irnos a Alemania y volver unos días después con otro mandato", dijo un oficial.

Las propias fuerzas europeas de la OTAN en Macedonia se encuentran en una situación de tránsito. El mando conjunto sólo se hará efectivo en el caso de que inicien su misión de paz en Kosovo. Por ahora, los soldados de cada país son dirigidos por sus jefes nacionales, bajo un mando coordinado pero no unificado.

El jueves se mantuvieron las patrullas de vigilancia fronteriza y se intensificó la ambigüedad sobre la situación de las tropas de la OTAN en Macedonia. Oficialmente, sólo están a la espera de emprender una misión de paz en la región yugoslava de Kosovo. En la práctica, se ocupan de disuadir al Ejército yugoslavo de emprender hipotéticas acciones en territorio macedonio y de extender el conflicto bélico a Macedonia o a sus vecinos Grecia, Turquía, Albania y Bulgaria.

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