El Senado de Paraguay abre el juicio para la destitución del presidente, acusado de asesinato
El presidente de Paraguay, Raúl Cubas Grau, no quiso estar presente ayer en su propio juicio político. Aun así, el Senado comenzó el proceso acusando al mandatario de "mal desempeño de sus funciones" y de haber puesto en libertad al ex general golpista Lino Oviedo. A las puertas de la Cámara, partidarios y detractores de Cubas y de Oviedo se manifestaban, y los sindicatos iniciaban una huelga para exigir la destitución del presidente, al que acusan de estar detrás del asesinato del vicepresidente Luis María Argaña. Oviedo asegura que todo es "un cruel compló".
"Sólo son calumnias de los que no nos quieren. Los únicos que perdemos [con el asesinato de Argaña] somos Cubas y yo", dijo el miércoles el general retirado tras presentarse en un acuartelamiento controlado por sus partidarios. Era la respuesta oficial a las acusaciones que se han vertido desde diferentes sectores y que señalan a Oviedo y a Cubas como autores intelectuales del magnicidio. La respuesta oficiosa, emitida por una emisora seguidora de Oviedo, fue mucho más transparente: "Aquí va a correr sangre [si destituyen a Cubas]". Unos segundos después el mismo locutor animó a los oficiales del Ejército a "golpear a todos los que se oponen [a Oviedo]".En el Senado, el proceso echaba a andar. Los tres fiscales acusadores, desigandos por la Cámara, presentaron los cargos contra Cubas en 30 páginas, en las que se detallan varias violaciones de la Constitución y la atribución de facultades jurídicas que no corresponden al presidente (y por las que dejó en libertad a Oviedo). Por si la acusación no fuera suficiente, uno de los fiscales añadió otro elemento: la posible responsabilidad de Cubas en el asesinato de Argaña. El maginicidio cometido el martes por tres hombres uniformados fue la gota que colmó el vaso de la crispada vida política paraguaya y el empujón final en el Congreso para iniciar el juicio político al presidente.
En caso de ser encontrado culpable, Cubas podría ser destituido la próxima semana. Los días necesarios para que los dos abogados que le representan presenten la defensa y para que las partes presenten pruebas. A ello seguirá una sesión plenaria a puerta cerrada, que decidirá sobre la culpabilidad o inocencia del acusado.
Tras la hipotética destitución, que sumiría al país en una crisis de dimensiones incalculables, el presidente del Congreso asumiría las funciones de Cubas y más tarde se convocarían elecciones para elegir a un vicepresidente, cargo que está vacante, para que asuma el poder hasta la elección del nuevo presidente.
Ayer se supo que la policía detuvo el miércoles a seis ciudadanos colombianos como sospechosos en el asesinato del Argaña, miembro del oficialista Partido Colorado, al que también pertenece Cubas, pero enemigo político del presidente y de Oviedo. Son los únicos detenidos por el caso. Ayer también se reabrieron las fronteras del país, después de que el juez Jorge Bogarín, encargado de las investigaciones, levantara la medida cautelar.
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