Jaime Bayly se reconcilia con su niñez limeña en 'Yo amo a mi mami'
El autor peruano presenta una "novela-regalo" para su madre
En su quinta novela, Jaime Bayly, autor de No se lo digas a nadie y Los últimos días de La Prensa, ha dejado a un lado los temas de drogas y homosexualidad para reconciliarse con su infancia "escribiendo con menos cinismo y con más ternura". Lo ha hecho con Yo amo a mi mami (Anagrama), una novela-regalo para su madre, según dijo el martes en Madrid este escritor limeño, de 34 años, ganador del Premio Herralde de novela en 1997 con La noche es virgen.
Con Yo amo a mi mami, Bayly pretende también rendir homenaje a uno de sus escritores favoritos, su compatriota y amigo Alfredo Bryce Echenique, que recientemente ha vuelto a fijar su residencia en la capital peruana. "Un mundo para Julius, de Alfredo", afirmó Bayly, "me ha servido de inspiración en este nuevo libro". Autor de novelas que han suscitado polémica en su país, como No se lo digas a nadie, Fue ayer y no me acuerdo y la citada La noche es virgen, Jaime Bayly cambia de registro no sólo temático, sino también la voz del narrador, para dársela a los recuerdos de un niño a las puertas de la pubertad. "Esta novela marca un cambio radical con mis anteriores trabajos. Lo he hecho también pensando en mis dos hijas y he vuelto a ser un niño por ellas".Yo amo a mi mami es la historia cotidiana de un chiquillo perteneciente a una familia de la alta burquesía limeña y sus lazos afectivos con el personal de servicio en su casa de Miraflores. En esta procesión de remembranzas aparece el principio y fin de sus relaciones con su nana, con una cocinera, con el chófer, con su colegio y con el niño más rico de Perú, más sus ilusiones de ir a Disneylandia.
"Creo que el lector descubrirá al final de la lectura que la gente más pobre, a la que habitualmente se desprecia, es una reserva inagotable de buenos sentimientos", dijo el escritor, que busca plasmar en esta novela los dos mundos que conviven y perviven en el Perú de hoy: el minoritario y privilegiado y el mayoritario y más sufrido. Fiel a su imagen televisiva y voz radiofónica, Bayly, que empezó como reportero de deportes en la radio y luego como entrevistador en un canal peruano, y actualmente tiene un programa de televisión en Miami, insistió en que esta novela le ha reconciliado "con intensos momentos" de su infancia".
Este nuevo y personal paisaje peruano, afirma el autor, "se debe a que los escritores somos menos idealistas y estamos más preocupados por reflejar el mundo interior. Yo soy intuitivo y escribo de cosas que me inquietan".
Si sus armas narrativas, según la crítica, son el lenguaje y la captura de la jerga de los ambientes nocturnos y sórdidos que ha recreado en sus anteriores novelas, en esta ocasión Bayly rescata las expresiones de los niños limeños, al igual que sus travesuras y expectativas más comunes.
Babelia
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