Los muñecos de trapo

A los interinos de la Junta de se nos acusa de ser enchufados por parte de un determinado partido político, que queremos consolidar una posición de privilegio sin pagar el precio de unas oposiciones ganadas en igualdad de condiciones. Para nosotros, es difícil considerarse enchufados cuando, tras trabajar 10 años en una empresa, te pagan el salario mínimo y te pueden poner de patitas en la calle en cualquier momento sin un duro de indemnización. ¿Cuánto darían muchas empresas privadas por tener 3.300 empleados así? Es difícil considerarse enchufados cuando el salario que se percibe es el mínimo que se puede percibir en la Junta, no contempla ninguna retribución por antigüedad y en absoluto se corresponde con las labores que nos ordenan desarrollar. Es difícil considerarse enchufados cuando para nosotros la igualdad en el acceso a la función pública de los andaluces ha consistido hasta ahora en enfrentarse a opositores a tiempo completo o a compañeros que en el momento de obtener el 5 en las oposiciones, sus puntuaciones se elevaban al 9 o al 9,5, mientras ellos compaginaban trabajo, estudios y familia y tenían una edad mínima entre 35 y 40 años, la mayoría casados y con hijos. Es triste que haya señores, quejosos en su momento de que la Junta no ejecutaba su presupuesto ni en un 65%, que erigiéndose ahora en portavoces de la opinión pública digan que no tenemos ningún derecho, cuando cada uno entramos en la Junta desde distintas procedencias porque ésta tenía paralizadas judicialmente las oposiciones y no paraba de recibir transferencias; que no existen "derechos adquiridos que podamos invocar" tras 10 años de trabajo como mínimo al servicio de la Junta, porque no somos como los demás trabajadores; que el procedimiento de selección es claramente injusto, cuando el baremo reduce las diferencias ostensiblemente con relación a oposiciones anteriores y las dos secciones de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia mantienen opiniones divergentes en cuanto a la suspensión de las oposiciones, y terminen diciendo que somos unos enchufados. Lo que nos tememos es que nuestro destino sea el de los muñecos de trapo, que una vez despanzurrados y con sus tripas de serrín desparramadas, terminan en la calle de la cola del paro mojados por la lluvia o en el vertedero de problemas políticos indelicados que nadie se atrevió a afrontar, porque no somos trabajadores de empresas en crisis con derecho a una solución presupuestaria.- Jesús Benjumea Vázquez y 35 firmas más. Interinos de la Consejería de Economía y Hacienda de la Junta de Andalucía. Sevilla.