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CUENTA ATRÁS EN KOSOVO

Milosevic se niega a aceptar el ultimátum de Holbrooke

ENVIADO ESPECIALEl presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, y el enviado estadounidense Richard Holbrooke, iniciaron ayer en Belgrado una negociación, considerada crucial, para frenar un bombardeo de la OTAN sobre Serbia. Ambos se reunieron durante cuatro horas al término de las cuales el presidente yugoslavo emitió un comunicado en el que afirma estar preparado para rechazar el ultimátum y se opuso a cualquier intento de imponer una "solución por la fuerza". Milosevic añadió que los países que presionan a Yugoslavia deberían "avergonzarse de sus amenazas". Ambos políticos celebrarán hoy un nuevo encuentro.

Los puntos de partida de la negociación colocan a ambas partes en una situación sin marcha atrás en sus posiciones. Milosevic no admite, bajo ningún concepto, fuerzas de la OTAN en Kosovo. La Alianza quedaría, en vísperas de su 50º aniversario, convertida en un auténtico tigre de papel, si permitiera la continuación de la ofensiva serbia en Kosovo, que lleva camino de producir una catástrofe con miles de kosovares sin hogar.

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Presencia ignorada

La televisión yugoslava (RTS) no mencionó en la noche de ayer la presencia de Holbrooke en Belgrado, cuando el negociador norteamericano ya llevaba cuatro horas en la capital yugoslava. Emitió la RTS una carta de Milosevic en respuesta a los copresidentes de la conferencia de Rambouillet, los ministros de Exteriores de Francia y Reino Unido, Hubert Védrine y Robin Cook. En la carta asegura Milosevic que el texto del acuerdo se había publicado ya antes de la conferencia en el diario albanés de Pristina Koha Ditore y eso no se podía firmar: "Belgrado es tolerante, pero no tonto". Se refiere Milosevic a las amenazas y asegura: "Sus pueblos deberían avergonzarse de esto. Están ustedes dispuestos a utilizar la fuerza contra un pueblo pequeño".Antes de comenzar la negociación final ayer en Belgrado, las dos partes fijaron de forma clara sus posiciones y dejaron rayada la cancha. Los serbios se manifestaron para todo el mundo a través de la cadena de televisión norteamericana CNN. Holbrooke se sirvió de una cadena de televisión independiente, Studio B, que alcanza poco más allá de la capital Belgrado. Milosevic mandó a un peón de confianza, el ministro de Asuntos Exteriores de Yugoslavia, Zivadin Jovanovic, quien remachó una y otra vez lo que el régimen de Belgrado no ha cesado de repetir desde la ruptura de las negociaciones de paz de París: no a las tropas extranjeras en Kosovo. "No queremos cambiar las fronteras internacionales que ya existen", subrayó Holbrooke.

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