Los rectores fuerzan la destitución del comisionado para universidades

Los rectores de las universidades públicas catalanas, a excepción del de la Pompeu Fabra (UPF), Enric Argullol, han forzado la destitución del comisionado para universidades e investigación, Joan Albaigés, que se producirá en la reunión de hoy del Consell Executiu, según confirmaron fuentes del Gobierno de CiU. El conflicto por los estudios de Ingeniería Informática que pretendía impartir la UPF, en contra de la opinión de los demás rectores, ha sido la causa. La oficina del comisionado declinó ayer hacer declaraciones.

Tras dos tormentosas reuniones del Consejo Interuniversitario -el órgano consultivo en el que están representados los rectores y la Administración- en las que Albaigés mantuvo su postura de acceder a la demanda de la UPF de impartir el curso que viene los estudios de Ingeniería Informática, los rectores dieron un desplante colectivo al no acudir, el pasado jueves, al acto de inauguración del Salón de la Enseñanza, al que asistía el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. Al día siguiente de este boicoteo, los rectores se reunieron con el consejero de Presidencia de la Generalitat, Xavier Trias -de quien depende el comisionado desde que las universidades fueran desgajadas del Departamento de Enseñanza-, y pidieron la inmediata destitución de Albaigés. No era la primera vez que, de un modo u otro, los rectores intentaban deshacerse de quien gestiona la educación superior, pero sí la que más posibilidades de éxito ofrecía. La unanimidad -Argullol, obviamente, aparte- manifestada en el desplante del Salón de la Enseñanza parece que ha sido la gota que ha colmado el vaso de la capacidad del Ejecutivo para aguantar una situación de conflicto como la creada por los rectores ante la evidencia de que Albaigés no tenía en cuenta sus objeciones al proyecto de la UPF. Las pretensiones de la Pompeu Fabra de ampliar su oferta académica ya provocaron tensiones importantes hace un año entre bastantes de los rectores del resto de las universidades públicas catalanas, al menos de dos de las más importantes, la Universidad de Barcelona y la Autónoma. En aquella ocasión eran los estudios de Medicina, y al final acabó pactándose la autorización de los estudios de Biología y aplazando los otros sin fecha. En ésta se trata de los de Ingeniería Informática, enfocados hacia el sector multimedia. En ambos casos se trata de impedir que la UPF entre en el campo de las ciencias aplicadas. El propio Albaigés mantuvo en todo momento que la oferta de plazas para estos estudios está todavía muy por debajo de la demanda como una de las razones principales para acceder a las pretensiones de la UPF de crear 80 plazas. Sin embargo, las escuelas técnicas que imparten estos estudios -tanto públicas como privadas- han ejercido y parecen seguir ejerciendo una gran presión sobre los rectores. Ayer se desconocía el nombre del posible sustituto de Albaigés, si bien se apuntaba que podría ser alguno de los directores generales del comisionado quien, de forma interina, se hiciera cargo hasta las elecciones. Fuentes académicas apuntaban que, a cambio de la cabeza de Albaigés, los rectores están dispuestos a aceptar que se conceda Informática a la UPF.