Yugoslavia desafía a la OTAN con el despliegue de 30.000 soldados en Kosovo
ENVIADO ESPECIALBelgrado ha desplegado unos 30.000 soldados serbios a lo largo de la frontera de Kosovo con Macedonia, según informaron ayer expertos militares del Pentágono. Con el fuerte incremento de tropas, el régimen yugoslavo trata de mostrar su poderío y disposición a resistir una entrada de fuerzas de la OTAN, que, si no se llega a un acuerdo en París, serían consideradas como invasoras. Los soldados del reemplazo no han sido licenciados en la fecha prevista y su servicio militar se prolongará por un mes más de momento. En muchas estaciones de servicio se ha agotado el gasóleo. Esto se interpreta como un indicio de que se reserva para los carros de combate, que necesitan este tipo de combustible.
Imágenes de cadenas de televisión extranjeras en Kosovo captan cómo las fuerzas policiales serbias no se recatan en incendiar casas y dedicarse al pillaje. Mientras, en los incidentes armados registrados ayer, al menos una persona resultó muerta y más de 30 fueron heridas en el oeste de Kosovo. A su vez, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) aseguraba que unos 7.000 albanokosovares habían huído de Prizren, localidad al sur de la provincia serbia, donde desde ayer se registraban duros combates.
Civiles desarmados
El informe neutral de los médicos forenses finlandeses sobre la matanza de 40 kosovares, ocurrida en Racak el pasado 15 de enero, pone de manifiesto que las víctimas "no eran otra cosa que individuos civiles desarmados". La forense finlandesa Helena Ranta declaró ayer en Pristina, la capital de Kosovo, al presentar el resumen del informe, que ella considera que se trata de un delito contra la humanidad. No obstante, el resumen del informe facilitado a la prensa no califica lo ocurrido como matanza, por considerar que esta definición corresponde a los encargados de la investigación criminal de los hechos.
Ranta explicó que los forenses finlandeses examinaron 40 cadáveres encontrados en Racak y llegaron a la conclusión de que son cuerpos de civiles sin armas y sin huellas de haber disparado. Los cadáveres llevaban ropa de paisano, no es probable que se hubiesen cambiado los vestidos sobre sus cuerpos sin vida y no llevaban ningún tipo de uniformes o insignias sobre sí. La versión de Belgrado sobre la matanza hablaba de combatientes del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), muchos de ellos uniformados. El diario proserbio Politika publicaba ayer el título: "El guante de parafina libera a los serbios de toda responsabilidad".
El jefe de la misión de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), el embajador norteamericano William Walker, declaró después de esta conferencia de prensa: " No veo nada en el informe patológico que contradiga ni en una sola palabra mis declaraciones anteriores. Sin embargo, veo muchas cosas que contradicen en mucho a la versión gubernamental de lo ocurrido".
Con motivo de la matanza de Racak, las autoridades de Belgrado declararon persona non grata a Walker por sus declaraciones, en las que acusaba a las Fuerzas Armadas serbias del crimen, y le conminaron a abandonar Yugoslavia en 48 horas. Después, esta decisión quedó revocada y Walker ha continuado al frente de la misión.
