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VIOLENCIA EN EL PAÍS VASCO

Ibarretxe pide una "tregua total" y reparte sus críticas entre el Gobierno y los violentos

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, repartió ayer sus críticas entre el Gobierno central y el entorno de ETA por el bloqueo que sufre el proceso de paz en Euskadi. Ibarretxe pidió una "tregua total" a la banda terrorista y quienes la apoyan, pero a renglón seguido recordó a José María Aznar que el Estado de derecho ofrece más vías que las policiales para avanzar en la pacificación. Así, abogó por una flexibilización de la política penitenciaria, que se traduciría en el acercamiento de los presos de ETA a cárceles del País Vasco. Ibarretxe pidió el cese de la violencia callejera proetarra, a la que calificó de "método del pasado" y defendió a la Ertzaintza y al consejero de Interior ante las críticas que está recibiendo del PP y del PSE.

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Ibarretxe compareció ante los medios de comunicación tras la reunión de su Gabinete para transmitir las reflexiones del Ejecutivo que preside ante la marcha del proceso de paz y el recrudecimiento de los ataques proetarras contra los partidos no nacionalistas. Ayer se cumplieron seis meses desde que ETA hiciese pública su decisión de decretar una tregua indefinida.Tras enfatizar que la consecución de la paz es el "objetivo fundamental" de su Ejecutivo, el lehendakari calificó de "confuso y turbio" el momento actual que vive el proceso de pacificación. "Para algunos", señaló, "la tregua de ETA no ha cambiado nada, pero el caso es que llevamos nueve meses sin muertes y, aunque no lo es todo, es muy importante".

Ibarretxe no cuestionó la legitimidad de las últimas actuaciones de las Fuerzas de Seguridad del Estado contra ETA y su entorno, pero sí lamentó que el Gobierno central no utilice otras vías para desbloquear el conflicto. Por ejemplo, la flexibilización de la política penitenciaria. "El Congreso de Madrid", insistió, "dio el visto bueno a una nueva orientación de la política penitenciaria. Pidió más consenso entre el Gobierno y el resto de partidos y una nueva orientación atendiendo al proceso de paz. Pero, ¿qué cambios ha habido? Ninguno". "El momento actual", abundó, "exige políticos que sepan dialogar y acordar. Es decir, cintura y diálogo y no inmovilismo". El presidente del Ejecutivo vasco tiene a José María Aznar al corriente de todas estas quejas. "He hablado varias veces con él

[por Aznar] sobre el problema", desveló.

Tras las críticas al Ejecutivo del PP, el lehendakari arremetió con igual firmeza contra la violencia callejera desatada por el entorno de ETA en las últimas semanas, que ha afectado a las sedes de partidos y sindicatos, a cargos públicos del PP y del Partido Socialista de Euskadi y a bienes públicos y privados. "La kale borroka

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[lucha callejera]", apuntó, "es un método del pasado, algo que no tiene nada que ver con la fase que hoy vivimos". Esa expresión violenta se ha convertido, según Ibarretxe, en la máxima disculpa de quienes no quieren avanzar y en el "máximo problema para la cooperación entre las formaciones nacionalistas vascas", cuando los dos partidos que apoyan a su Gobierno (PNV y Eusko Alkartasuna) intentan cerrar un acuerdo con Euskal Herritarrok, (la marca electoral de Herri Batasuna, HB) que dé estabilidad al Ejecutivo en la Cámara de Vitoria. Pese al recrudecimiento de los ataques, PNV y EA han mostrado su disposición a colaborar con HB mientras apueste por las vías políticas, ya que los partidos nacionalistas democráticos están convencidos de que la campaña de agresiones está fuera del control de la dirección radical. Sin embargo, de momento el pacto con Euskal Herritarrok es imposible ante la negativa de la Mesa Nacional de HB a desmarcarse siquiera de la violencia. Después de criticar el inmovilismo de Aznar y el acoso del entorno de ETA, el lehendakari aseguró: "Necesitamos una tregua total, de arriba a abajo". "Tenemos que hacer posible", añadió, "que la violencia sea desterrada. Vivimos una nueva fase que debe hacer que los agentes políticos dejemos a un lado la visión cortoplacista y de carácter electoral que siempre damos a nuestras medidas cuando se acercan determinadas fechas, para adentrarnos en una situación en la que el compromiso y la aportación de todos sea la clave. Hay que reconocer que todas las ideas son legítimas. No hay ideas buenas o ideas malas".

Comparecencia de Balza

El rebrote de violencia callejera y la ausencia de detenciones ha llevado al PP y al PSE a criticar con dureza a la Ertzaintza y al consejero de Interior, Javier Balza. Los populares incluso han solicitado su dimisión, que hoy repetirán previsiblemente en la Cámara de Vitoria, donde Balza comparecerá para detallar las actuaciones de la policía vasca contra los violentos.

El lehendakari realizó una defensa cerrada de la actuación de los ertzainas y de su máximo responsable. "La responsabilidad de la violencia", recalcó, "es de quien la ejerce. La Ertzaintza trabaja de forma permanente, profesional y sincera" para perseguir a los alborotadores.

"No es justo", dijo en un tono molesto, "trasladar a la opinión pública que el Gobierno o la Policía vasca sean los responsables de permitir los actos violentos". La jornada de lucha convocada por Jarrai -los jóvenes radicales próximos a ETA- la semana pasada se saldó con un total de cinco detenidos, dos de los cuales fueron después puestos en libertad.

A pesar de todas las dificultades que se está encontrando en el camino, Ibarretxe no ve peligrar el alto el fuego declarado por ETA hace seis meses. Así, expresó su convicción "ciega" de que los pasos dados son "irreversibles", pero de momento es reacio a convocar un nuevo foro que reúna a todos los partidos políticos, dado que las posiciones que han manifestado son muy distantes. "Ahora, una mesa de esas características sólo serviría para separar más a todos", adujo.

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