"San Sebastián no necesita más símbolos"

Tiene entre sus manos el reto de construir el cuarto puente de San Sebastián sobre el río Urumea y para ello ha optado por un diseño lineal. José Antonio Fernández Ordóñez define el proyecto que va a construir en la capital guipuzcoana como " algo muy simple y respetuoso con los otros puentes". San Sebastián, según este ingeniero, es "una ciudad que no necesita más símbolos". Y añade que una ciudad que "tiene a Chillida no necesita más". Cree que su puente concuerda bien con el estilo moderno del Palacio de Congresos del Kursaal, porque en el proyecto, pese a su aparente simplicidad, se introducen muchas novedades. "Las células atirantadas de los estribos, el pretensado exterior, el canto harán que con el paso de los años se entienda que es un avance, más que el último puente del siglo XX, el primero del siglo XXI", asegura. Fernández Ordóñez dejará su sello también en Bilbao con la creación de la pasarela que unirá la Universidad de Deusto con la zona de Abandoibarra. Un trabajo que le ilusiona y describe como "una especie de araña o de libélula: una lámina plegada de acero inoxidable que forma la estructura en u y por dentro tiene una piel de madera que es para el uso de la gente. Como es un puente que está muy cerca del Guggenheim, me atrae mucho la idea, porque también es muy novedoso. Sería el primer puente del mundo hecho de acero inoxidable". Sostiene que no le ha condicionado la arquitectura dominante en Abandoibarra. "Al museo le va a venir muy bien el puente, porque está lleno de planos y de rectas; en cambio, en la obra de Gehry todo son superficies ondulantes. Con la modestia que tendrá mi puente al lado del inmenso edificio, va a funcionar muy bien".
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