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MEDICINA

Un estudio con gemelos muestra una base genética en la agresividad

Milagros Pérez Oliva

La actitud agresiva y chulesca puede heredarse en los genes. Así de contundente se expresa el resumen con el que el Center for the Advancement of Health de Estados Unidos presenta el resultado de un estudio realizado en 1.500 pares de gemelos, uno de los más extensos realizados hasta ahora para determinar si la agresividad tiene bases genéticas. El estudio ha sido publicado en la revista Child Developement, que edita la Sociedad americana para la Investigación del Desarrollo Infantil (Society for Research in Child Developement).El propósito del estudio era determinar hasta qué punto influyen factores ambientales y factores genéticos en las conductas antisociales agresivas y no agresivas, y averiguar al mismo tiempo si se producen diferencias entre hombres y mujeres.

Los investigadores -Thalia C. Eley, del Instituto de Psiquiatría de Londres; Jim Stevenson, de la Universidad de Southampton, y Paul Lichtenstein, del Instituto Karolinsca de Suecia- seleccionaron a 1.022 pares de gemelos suecos y 501 pares de gemelos británicos. Aproximadamente, un tercio de los gemelos suecos y la mitad de los británicos eran univitelinos, es decir, nacidos de la división de un óvulo y, por tanto, compartían idéntica carga genética. El resto eran nacidos en el mismo parto, pero procedentes de dos óvulos distintos, y por lo tanto, compartían sólo la mitad de la carga genética.

Matón o estafador

Los autores concluyen que la conducta antisocial tiene diferentes etiologías, pero las bases genéticas resultan claramente demostradas. Entre los hallazgos que aporta el estudio, sus autores señalan en primer lugar que "la conducta agresiva puede ser heredada, mientras que los factores sociales y ambientales juegan un significativo rol en la conducta antisocial no agresiva".Dicho de otro modo: la comparación entre gemelos demostró que entre los individuos con conductas antisociales agresivas había mayor proporción de gemelos que compartían carga genética. En cambio, no se encontró esta relación en la delincuencia sin violencia. Ésta sería fruto, en mayor medida, del aprendizaje social. Con licencia literaria, la conclusión sería que la condición de matón se hereda, mientras que la de estafador se aprende.

La segunda conclusión es que la herencia genética determina mucho menos la conducta agresiva en las mujeres que en los hombres. O, dicho en otros términos: las mujeres tienen una naturaleza mucho menos agresiva, y si se comportan agresivamente es por aprendizaje social. El estudio no ha observado diferencias entre los gemelos británicos y los suecos, lo que refuerza la universalidad de las conclusiones. Los autores sostienen que su hallazgo puede conducir a la identificación de genes específicos asociados a las conductas agresivas.

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