'Tesoros del Perú antiguo' condensa en 220 obras el arte precolombino

Los dos principales museos de arte precolombino de Perú han permitido, por primera vez, que sus más preciados tesoros crucen el Atlántico. Ajuares funerarios, cerámicas, joyas, esculturas, instrumentos musicales y hasta piezas textiles muestran aspectos de la cultura del país desde el 2500 antes de Cristo hasta la conquista de América. Son 220 piezas que forman parte de la exposición Tesoros del Perú antiguo, que se inaugura hoy en Córdoba y podrá verse después en Sevilla y Madrid.

La cultura mochica fue la primera sociedad andina que alcanzó un nivel de Estado. La diversidad de manifestaciones artísticas que desarrolló esta civilización, que existió en Perú entre el siglo I y el VIII, constituye el principal atractivo de esta exposición, que estará abierta en la sala museística CajaSur de Córdoba hasta el 8 de abril."Las piezas más ricas que se han seleccionado para la muestra provienen de las tumbas de los gobernantes mochicas. Fueron los primeros en Los Andes que impusieron un orden jerárquico, militar y religioso, y desarrollaron una cultura unitaria que mantuvo unida a la zona durante ocho siglos. Fue la cultura madre de América del Sur, algo equiparable a lo que los iberos representaron para España", comentó ayer Luis Hurtado, comisario de la exposición.

El refinamiento de los artistas mochicas puede comprobarse en las cerámicas que han cedido para la muestra el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia de Perú y el Museo Rafael Larco Herrera, ambos en Lima. Tesoros del Perú antiguo forma parte de un proyecto aún más ambicioso que organiza y patrocina CajaSur, con la colaboración de Iberia. La misma exposición podrá verse en el Museo Arqueológico Provincial de Sevilla, desde el 12 de abril al 5 de mayo, y estará en Madrid, en el Museo de América, entre el 12 de mayo y el 5 de junio. El proyecto incluye otras dos grandes muestras, una sobre platería peruana y otra sobre pintura virreinal, que pasarán también por las mismas ciudades.

Esta primera muestra, como las otras dos, se completa con un catálogo de 560 páginas en el que, además de un estudio de cada una de las piezas que se exhiben, aparecen textos de los arqueólogos más prestigiosos de Latinoamérica, como Luis Jaime Castillo Butters, Ulla Holmquist y Kristof Makowsky, entre otros.

"Las piezas se van volviendo cada vez más realistas a medida que los mochicas alcanzan su máximo apogeo en el siglo V. Se nota mucho en la delicadeza con la que colorean las piezas", asegura el comisario. Esa delicadeza contrasta, en numerosas ocasiones, con la crueldad de las imágenes que retratan. Las escenas de tortura, como la pieza en la que un hombre aparece atado a un árbol y un pájaro le picotea los ojos, son comunes entre los mochicas, que en sus ceremonias hacían sacrificios y ofrendas de sangre a gobernantes y deidades. El degollador o los prisioneros desnudos y maniatados son temas muy frecuentes en las cerámicas.

Retratos en cerámica

Entre las 220 obras que podrán verse en Córdoba, destacan los vasos-retratos, unos recipientes de cerámica con rostros de personas que forman parte de los ajuares funerarios y que contenían perfumes o aceites. El oro y la plata, como símbolos del día y la noche, son materiales muy usados como atributos del poder. En las narigueras, al igual que en los pectorales, los mochicas solían incrustar piedras semipreciosas como turquesas o lapislázuli."Todas las piezas son igualmente valiosas, pero quizás el conjunto más espectacular sea el tesoro encontrado en el enterramiento de un cacique de la cultura chimú -siglos XIV al XVI- compuesto por pectoral, hombreras, corona y orejeras; todo es de oro", concluye Luis Hurtado.