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LA LIDIA - FERIA DE CASTELLÓN

Novillada con dos caras

Dos caras tuvo la novillada. La buena, los tres primeros novillos, codiciosos, encastados, más complicado el tercero, pero en general sirvieron para lucimiento de los tres jóvenes debutantes. La mala cara, ésa que se ofrece tantas veces; que salgan cuatro novillos inválidos al ruedo.Otro aspecto positivo. Los tres mataron bien, e incluso, muy bien como una media lagartijera de efectos fulminantes que recetó Ronquillo al primero de su lote y el estoconazo hasta la bola al que cerraba plaza. Otro aspecto negativo del festejo: no acertaron los novilleros a parar, ni a mandar en ocasiones por la celeridad o la bisoñez, y la casta de los tres novillos íntegros.

Así el zaragozano Millán sufrió incontables desarmes con el sobrero. Claro que ése le había dado un volteretón, al salir de chiqueros como un expreso. Pero no se descompuso y siguió en la cara del animal.

Actuación de Millán, Bautista, Ronquillo

Novillos de Jandilla (4º, sobrero -flojo-, en sustitución de un inválido), terciados; con casta los tres primeros; 5º y 6º, inválidos.Jesús Millán: estocada (oreja); estocada contraria (ovación). Juan Bautista: estocada (oreja); dos pinchazos y estocada (ovación). Rafael Ronquillo: media (oreja); estocada -aviso- y dobla el novillo (silencio) Plaza de Castellón, 9 de marzo. 3ª corrida de feria. Media entrada.

El mismo ánimo demostró el sevillano Ronquillo en un revolcón que le propinó el primero de su lote. Es decir, que la novillada tuvo su aquél y sus dos caras. En la primera, drama y éxito. Algo más apagada la segunda por la falta de fuerza de los animales.

Jesús Millán mostró arrojo pero también variedad con el capote en el primero. Novillo pronto y repetidor, el espada lo toreó con garbo y en redondo en las primeras tandas de muleta. Se arrimó al final de la faena y como cobrara tremenda estocada, se ganó el primer trofeo. Con el cuarto dio tres cambiadas de rodillas y muy quieto lanceó por verónicas. Luego el animal cayó derrumbado bajo el peto del caballo sin que el del castoreño metiera la puya. Fue devuelto y el sobrero salió cual AVE y arrolló a Millán. Este sobrero no dio facilidades y su lidia fue un rosario de desarmes ante un acelerado matador que sólo trasteó voluntarioso.

Juan Bautista es francés, hijo de un rejoneador, y se nota que ha toreado en el campo.Maneja el capote con garbo y variedad como demostró con el segundo, un burraco noble y encastado. Inició la faena de muleta por estatuarios y remató un par de tandas con afarolados. Al natural no estuvo tan templado y le faltó mandar. Con el acero resolvió la papeleta y se ganó una oreja. Lo que no pudo conseguir con el quinto, un inválido que se derrumbó bajo el peto y el público también quiso que se cambiase. Ante semejante oponente porfió por abrir la puerta de la gloria, pero mató mal.

Ronquillo demostró estar más puesto, a pesar de haber debutado con caballos este mismo año. Tiene detalles de su escuela sevillana y lo demostró con el tercero, un novillo que se dolió en banderillas pero repetidor y al que Ronquillo fue metiendo en la franela con temple y ligando. Le dio un volteretón, no se descompuso y mató eficazmente. Con el sexto trató de hacer faena. Primero con la derecha pero el novillo, rebrincado y defendiéndose por lo escaso de sus fuerzas, se le colaba. Y al natural, ocasión hubo en que le metió los pitones en la axila. Así que se justificó intentándolo. Eso sí, se fue tras el acero que dejó enterrado hasta la gamuza.

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