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La autopsia confirma la muerte de Kubrick por causas naturales

La familia guarda silencio sobre el funeral

En un giro evidentemente dirigido a eliminar cualquier especulación, la policía británica dijo ayer que el gran director cinematográfico Stanley Kubrick murió por causas naturales. El anuncio despejó dudas en torno al deceso del maestro del séptimo arte, que falleció en su casa rural de Hertfordshire el domingo tras una intensa carrera artística que lo transformó en leyenda. La autopsia no reveló el menor indicio de sospecha, dijo un portavoz policial.

De las circunstancias exactas de su muerte se sabía ayer muy poco. Kubrick falleció el domingo de manera repentina, sin que su médico le hubiera tratado de ningún síntoma potencialmente peligroso. La autopsia se le practicó "como cuestión de rutina", según la policía. "No existen circunstancias que induzcan a la sospecha y no se llevará a cabo ninguna otra investigación", dijo ayer un portavoz de la policía de Hertfordshire, en el sureste de Inglaterra, donde residía el cineasta. Fiel al estilo de Kubrick, su familia optó por una discreción absoluta.Hasta anoche no se sabía dónde y cuándo sería enterrado. El único dato que dejaron bien establecido es que el funeral será un asunto extremadamente privado, como lo fue el propio Kubrick a lo largo de toda su vida. "Su muerte marca el fin de una era", declaró a EL PAÍS el director irlandés Neil Jordan. "Fue un maestro", agregó el célebre director de Michael Collins, The Crying Game y Entrevista con el vampiro, entre otras obras. Jordan, que ahora vive en Londres, declinó hablar de su vieja amistad con Kubrick. "Lo conocía bien. Éramos amigos. Por eso no quisiera en estas circunstancias hablar sobre él", dijo.

Opiniones encontradas

Steven Spielberg calificó ayer a Kubrick como "el gran maestro de los realizadores cinematográficos", y destacó la pasión y la gentileza del director de La naranja mecánica. "Fue un gran incomprendido, se le veía como a un ermitaño porque rehuía a la prensa, pero era un hombre generoso con otros directores de cine. Cuando le gustaba una película era capaz de llamar por teléfono a un perfecto desconocido para decirle cuánto le había impresionado su trabajo. Para quienes tuvimos la oportunidad de conocerlo era como un oso de peluche, amable y apasionado", afirmó Spielberg.Bernardo Bertolucci, el célebre director italiano que alterna su residencia entre Londres y Roma, parece haber tenido otra impresión. Dijo a la prensa italiana que nunca conoció a Kubrick y que nunca fue kubricano. "Aun así, me asocio a su muerte porque ha muerto alguien a quien no solo nunca conocí, sino que es como si hubiera muerto alguien que jamás existió. Era una figura mítica. ¿Cómo es que mueren los mitos?".

Bertolucci y Kubrick no llegaron a aproximarse durante los años en los que compartieron el territorio londinense, pero es evidente que el maestro italiano le admiraba. Pero era una admiración sin afecto. "Admiraba enormemente la limpieza de la mirada de este gran visionario, una limpieza lúcida y despiadada, pero que él jamás correspondió con amor", declaró al diario La Repubblica. "Hay una diferencia entre admiración y amor, y, héme aquí, acongojado por la noticia de su muerte, que me pregunto por primera vez por qué mi admiración jamás fue correspondida con amor. He pensado que porque jamás tuve, viendo sus películas, la sensación de que Kubrick amara a la humanidad".

El retrato que pinta Bertolucci contrasta también con el de Alexander Walker, un amigo de Kubrick que ayer describía al ilustre difunto como "un sistema de alerta primaria para la humanidad", un perfeccionista por excelencia, un escéptico cuya reputación de megalómano era injustificada a la vista de la dócil realidad de su vida familiar.

Para Walker, Kubrick oscilaba entre los extremos, pero ésa fue una opción que no hacía sino consolidar sus dotes de gran ajedrecista. "A pesar de su aislamiento, mantenía sus líneas de comunicación con el mundo las 24 horas del día, ingiriendo noticias, chismes y las opiniones de amigos tan diversos como Spielberg, George Lucas, Jack Nicholson, Henry Kissinger y Ronald Reagan", sostiene Walker en un artículo publicado por el Evening Standard.

Jack Nicholson, protagonista de El resplandor, dijo una vez de Kubrick: "Es un hombre que le da renovado sentido a la palabra meticuloso". En el torrente de obituarios, homenajes, análisis, estudios y ensayos sobre la vida de Kubrick, ayer en la prensa londinense existía más de un común denominador entre los adjetivos. Iban desde "obsesivo", "tiránico", "genial", "recluido" y "perfeccionista". Recordaban un poco el juicio emitido hace algún tiempo por Malcolm McDowell, el actor que desempeñó el papel del matón Alex en su más controvertido trabajo, La naranja mecánica. "¿Extraordinario? Sí. ¿Brillante? Sí. Pero, como ser humano, vaya, ése es un examen del que no pasa muy bien que digamos", dijo entonces McDowell. Sin embargo, ayer el actor se mostraba "profundamente entristecido" por la muerte "del último gran realizador cinematográfico de una época".

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