La carta de la cofinanciación
El Gobierno alemán aumentó ayer la confusión que reina en torno a la negociación de la reforma de las ayudas agrícolas emprendida por los socios comunitarios. La portavoz adjunta del ejecutivo del canciller Gerhard Schröder, Charima Reinhardt, declaró en Bonn que esa idea sigue figurando en el orden del día de la discusión de la Agenda 2000.La cofinanciación de las ayudas agrícolas (consistente en que cada Estado pague de sus presupuestos nacionales una parte de las ayudas comunitarias que recibe para su agricultura) fue una de las ideas lanzadas por el gabinete de Bonn para reducir su saldo neto con la Unión Europea.
La propuesta le beneficia porque aporta más dinero del que recibe. Y perjudica al Ejecutivo de París -pero también al de Madrid- porque recibe más de lo que aporta. El canciller alemán Schröder cambió de postura en la reciente cumbre de Petersberg, cuando optó por la iniciativa francesa de recortar el gasto agrícola como método para reducir su déficit presupuestario con la Unión.
La posición alemana fue concretada el jueves por la noche en Bruselas por el ministro alemán de Agricultura, Karl-Heinz Funke, que ya había dado garantías horas antes a Francia de que Alemania no propondrá la cofinanciación.
Las palabras de ayer de la cancillería son sólo una contradicción aparente con lo que el canciller Schröder sostuvo en Petersber y su ministro Funke ratificó en Bruselas.
Lo que ha hecho Bonn es advertir al resto de socios de que la cofinanciación está aparcada, pero volverá a ponerse sobre la mesa si los ministros de Agricultura no alcanzan un acuerdo que suponga una reducción del gasto en ayudas agrícolas.
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