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Los agricultores españoles temen por el futuro del sector

El sector agrario español, que ya mostró su rechazo y su temor por las propuestas de recorte de ayudas procedentes de la Comisión Europea, ve aumentadas sus razones para el miedo con la propuesta alemana.En la campaña 1997-1998, el sector agrario tuvo unos ingresos procedentes del Feoga de unos 5.000 millones de euros (850.000 millones de pesetas), de los que la mayor parte (700.000 millones se pagaron como ayudas directas a las explotaciones. Sobre esa cantidad, España reclama mejoras en apartados concretos.

Cultivos herbáceos.

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España, con explotaciones menos competitivas, reclama que se aumenten los rendimientos asignados en 1992 al conjunto de estos cultivos, que ascienden a una media de 2.650 kilogramos por hectárea. España tiene asignado el rendimiento por hectárea más bajo de toda la UE.

Carne de vacuno.

España carece de una cuota de primas para vacuno suficiente. El sector se opone a rebajar los precios de intervención y al sistema de ayudas al vacuno macho mientras no se incremente el número de animales con derecho a prima. Ahora está establecido un techo para recibir ayudas de 603.674 cabezas. Los ganaderos quieren una cuota de vacunos machos con derecho a ayuda cercana al millón de unidades.

Leche de vaca.

España reclama aumentar la cuota de producción con derecho a prima de 5,6 millones de toneladas a 6,6 millones. Así, según los productores se remediaría el problema que supone el menor rendimiento de las explotaciones ganaderas españolas frente a las del resto de países productores. Con el actual sistema de cálculo de ayudas, de cada 50 vacas, sólo 30 se benefician de ayudas, según los productores españoles.

Vino.

La clave para los intereses españoles es mantener, como mínimo un presupuesto de 1.300 millones de euros (2,1 billones de pesetas), prohibir el enriquecimiento artificial de los vinos en el norte de la UE y la no cofinanciación de la política de reestructuración del sector con recursos nacionales.

Reducción de gastos.

Reformas concretas al margen, los agricultores españoles insisten en las repercusiones negativas del recorte del gasto agrícola. Argumentan que hoy en día no hay explotaciones viables familiares que puedan subsistir con unos ingresos inferiores a tres millones de pesetas y para ello, mantener ayudas es fundamental.

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