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Crisis en la granja

Queda crisis para rato. Es la única coincidencia entre las administraciones y el sector porcino. A partir de ahí, empiezan las diferencias. Mientras la Junta plantea que hay que acometer "soluciones de futuro", los productores advierten que si la Consejería y el Ministerio de Agricultura no adoptan medidas urgentes, ese futuro quedará restringido a unos pocos. La organización Asaja estima que desde que en agosto comenzaron a caer los precios, el sector ha perdido 5.000 millones. Diego Mesa es propietario de unas 700 cerdas reproductoras. Su contabilidad registra 23 millones de pérdidas, pero aún es capaz de encontrarle un lado positivo a la crisis: "Obligará al sector a desarrollar una industria transformadora propia". Pero si la situación se prolonga, parte de las más de 6.000 explotaciones andaluzas se quedarán en el camino. Benito Herrera lucha a brazo partido para que a él no le toque la china. "Con 45 años ¿adónde voy a buscar trabajo?". Tiene 100 madres. En contra de lo que piensa Mesa de que "quien más produce más pierde", cree que las granjas grandes pueden resistir más tiempo e, incluso, aprovechar la asfixia de las explotaciones más modestas para hacerse con ellas. La realidad empieza a darle la razón. Tres productores de Teba (Málaga), ya han claudicado. Una fuerte empresa del sector se ha hecho con sus explotaciones mediante la llamada integración: el sistema consiste en que la firma pone el pienso, los lechones y la medicina y el productor, la granja y su trabajo. Asaja cree que si las administraciones no lo remedian, la crisis conducirá a una concentración de explotaciones. "Si no hay ayudas para sacrificar madres, se va a la integración, lo que supone convertir a los productores en obreros y dejar el sector en manos de multinacionales", protesta Javier Ciézar, su presidente regional. En Andalucía, la mayor parte de las explotaciones son pequeñas y medianas. El año pasado produjeron 178.000 toneladas de carne -menos de la mitad de lo que consumió la comunidad- y facturaron 52.000 millones. El sector considera "insuficiente" el plan de choque diseñado por el ministerio y "decepcionante" la respuesta de la Junta. La consejería está dispuesta a poner fondos sólo para medidas estructurales. Las soluciones no son fáciles porque la crisis ha pillado al sector con el paso cambiado: crecimiento incontrolado y falta de canales de comercialización. "Las vacas locas en Inglaterra y la peste porcina de Holanda dejaron un vacío en los mercados. Los productores, si tenían 200 madres, pusieron 400. Tuvieron unos años muy buenos; ahora los excedentes han tirado abajo los precios", explica un técnico de la Junta. Los ganaderos cubren costes a partir de las 150 pesetas el kilo. Estos meses han llegado a vender a 86 pesetas. En las últimas semanas ha habido un repunte: 127 pesetas. El sector reclama intervención y ayudas directas, aun a costa de arriesgarse a sanciones comunitarias. La Junta busca fórmulas para que los productores accedan al almacenamiento privado y a las correspondientes ayudas. La Unión Europea paga 90 pesetas por kilo que no se saque al mercado en seis meses. "No es tan fácil. El productor sacrifica hoy, paga matadero, transporte y almacenamiento y cobra a los seis meses. La consejería está empecinada en fórmulas con coste cero para ellos", se queja Juan Carlos Rodríguez, gerente de una importante cooperativa. Y añade: "Estamos aburridos con la actuación de las dos administraciones. Si consideraran prioritario el tema, ya habrían habilitado partidas para hacer frente a la crisis".

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