Hassan II proclama el firme compromiso de Marruecos con el referéndum del Sáhara

El rey Hassan II de Marruecos reafirmó ayer el compromiso de su país con el referéndum que la ONU pretende convocar en el Sáhara Occidental -una consulta "que confirmará la marroquinidad del Sáhara", según sus palabras- y ha excluido categóricamente "cualquier otra alternativa" para solucionar el conflicto en ese territorio, cuya soberanía se disputan Marruecos y el Frente Polisario desde que en 1975 fue abandonado por España. Tras el alto el fuego de 1991, las convocatorias del referéndum se han ido aplazando por la falta de un censo aceptado por ambas partes.

En un discurso radiotelevisado conmemorativo del 38º aniversario de su acceso el trono en 1961, una semana después de que muriese su padre, Mohamed V, Hassan II echó un jarro de agua fría sobre quienes esperaban la apertura de una "salida honorable" al conflicto en el marco de una tercera vía supuestamente propiciada por el exsecretario de Estado norteamericano James Baker, cuando en 1997 asumió, por encargo del secretario general de la ONU, Kofi Annan, el espinoso asunto del Sáhara Occidental.Desde la ciudad imperial de Marraquech, flanqueado de sus dos hijos varones -Sidi Mohamed, el príncipe heredero, y Mulay Rachid-, el rey pronunció su discurso con aire cansado y voz monótona.

En sus diferentes reuniones con los dirigentes del Frente Polisario, con las autoridades marroquíes y los Gobiernos de Argelia y Mauritania, Baker había barajado "todas las soluciones posibles", según fuentes cercanas a la ONU. Se trataba entonces de no excluir ninguna de las hipotéticas vías para la solución de un conflicto que se arrastra desde hace casi un cuarto de siglo y en cuya solución se ha empeñado directamente Naciones Unidas desde 1991.

Al cerrar la puerta a cualquier otra solución, el soberano marroquí ha colocado a la ONU en un verdadero dilema. El proceso de identificación de los votantes lleva estancado seis meses, según confirmó ayer una fuente de Naciones Unidas, que se mostró "francamente pesimista" en cuanto a las perspectivas de solución. "Los contactos entre Marruecos y la ONU continúan en Nueva York", agregó la misma fuente, que reiteró:

"Hemos dado a Marruecos todas las aclaraciones que nos ha pedido" sobre la última propuesta de Kofi Annan. Esta iniciativa, que ha sido apoyada "sin restricciones" por el Frente Polisario, así como por Argelia y Mauritania, sigue sin ser aceptada por Marruecos. Baker no ha vuelto a poner los pies en Marruecos desde que el proceso de organización del referéndum se ha vuelto a estancar.

Acuerdos de Houston

La posición institucional de Marruecos, reafirmada ayer en su discurso por el rey Hassan, mantiene la tesis de que "todos los saharauis que respondan a uno de los cinco criterios de identificación determinados por Naciones Unidas deben participar en la votación". Dicha posición choca, sin embargo, con la interpretación que los dirigentes de Rabat hacen de los acuerdos firmados en Houston en 1997 entre el Polisario y Marruecos con la mediación de Baker. Marruecos sigue barajando todo tipo de expectativas en el proceso del referéndum, desde la petición de que las tribus no aceptadas por el Polisario, que suman unas 65.000 personas, "accedan en bloque" a la identificación; que se considere como criterio suficiente para acceder al voto el que un jeque dé su consentimiento oral al candidato, o incluso la revisión del porcentaje necesario de votos para proclamar un resultado válido, "dado que lo que se juega es la escisión de una parte del territorio". Rabat ha insinuado repetidamente que el conflicto del Sáhara no es estrictamente bilateral, entre Rabat y el Polisario, ya que que posee una dimensión magrebí por el apoyo incondicional que Argelia otorga a los independentistas saharauis.En este marco regional se inscribe la alusión hecha ayer por Hassan II a un "ideal magrebí", al referirse a la Unión del Magreb Árabe (integrada por Marruecos, Argelia, Túnez, Mauritania y Libia). El soberano marroquí insistió en que, "frente a los desafíos internacionales", es más necesario que nunca "un sistema de cooperación regional" magrebí e interárabe.