James Cowan cambia la cartografía por los trovadores en su nueva novela
El libro se centra en la figura histórica del oscuro Marcabrú
El escritor australiano James Cowan, autor de ese éxito de la novela histórica que es El sueño de un cartógrafo, ha cambiado en su nueva obra el Renacimiento por la Edad Media y la cartografía por los trovadores. No obstante, el telón de fondo sigue siendo el mismo: la iluminación de un territorio desconocido, el mundo en aquel primer libro y el espíritu humano en el nuevo, El testamento de un trovador.
James Cowan (Sidney, 1942) dice que le ha interesado el dilema filosófico de la insuficiencia del lenguaje y de la imposibilidad de la perfección. La novela, editada, como la anterior, por Península, en castellano, y Empúries, en catalán, está centrada en una pesquisa actual sobre un personaje histórico, el trovador provenzal del siglo XII Marcabrú, relacionado con Eleonor de Aquitania y con Ramón Berenguer IV.En el libro, un moderno especialista en poesía francesa investiga un manuscrito inédito de Marcabrú, una obra muy especial consistente en un roleau de mort, un pergamino en el que el trovador recogió, a lo largo de un itinerario, testimonios sobre la mujer a la que amaba. El estudioso trata de reconstruir el camino del trovador para averiguar las claves que esconde el texto y se sumerge en el mundo, espiritual y geográfico, del antiguo poeta.
En gran parte es el mundo del catarismo: Foix, Montaillou, Montségur... "La idea de un manuscrito perdido de Marcabrú la tuve hace más de veinte años, pero no quería que lo descubriera un monje y no fue hasta que di con el protagonista que quería cuando toda la trama se desbloqueó", afirma Cowan. "Escogí a Marcabrú porque me parece el trovador con un sentido más moderno, más cerca de nuestra sensibilidad: es el primero que juzga el lenguaje insuficiente y es consciente de la imposibilidad de la perfección", dijo Cowan durante la presentación de la novela en Barcelona.
Transgresiones
"Además es muy hermético, el maestro del trobar clus", señaló el autor de El testamento de un trovador. "Y me interesé en los cátaros por su aire transgresor, porque respiran un algo de políticamente incorrectos. Eso liga con el carácter de los trovadores, que se expresaban a contrapelo de las convenciones sociales de la época. Son dos transgresiones paralelas. Creo que los cátaros son la primera revolución del pensamiento en Europa. Me interesó también el marco, con el eje de los Pirineos, una placenta a través de la que se filtraban ideas en una y otra dirección, transmitidas por los trovadores". Cowan ve su novela "como una especie de iluminación de pergamino medieval: personajes extraños, secundarios, al margen de la historia, van arrojando luz sobre el relato, conformado por una serie de pequeños destellos, detalles". En ese esquema, el pergamino perdido "es el hilo de Ariadna que permite recuperar la historia de la época". Las similitudes con su anterior obra, El sueño de un cartógrafo, son grandes, pero Cowan considera la nueva novela "más compleja y profunda" que la anterior. El escritor concibe sus dos novelas como parte de una trilogía que completará Beyond Cape Bojador, novela ambientada en la actualidad.
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