La Real congela Riazor en el último minuto
El Deportivo, que dominó de principio a fin, vio cómo los donostiarras se llevaban los puntos
El gol de Idiakez en el último instante dejó helados a los aficionados de Riazor. El encuentro entre el Deportivo y la Real Sociedad fue una interesante batalla, en la que el derroche físico al servicio de la táctica no atascó, como a veces sucede, la circulación del balón, sino que, al contrario, imprimió electricidad y vivacidad al juego, no exento de chispazos de clase por parte de los locales. A pesar del frenesí, ninguno de los dos equipos perdió el orden ni se dejó llevar por el alocamiento.La victoria donostiarra debe considerarse injusta, ya que los coruñeses dispusieron de casi todas las ocasiones nítidas y en la segunda mitad llegaron a alcanzar un dominio incontestable sobre la Real Sociedad, un grupo metódico al que se le puede vencer, pero difícilmente descomponer.
Deportivo: Songoo; Armando, Donato, Schurrer, Romero; Ziani (Djalminha, m
56), Flavio Conceiçao, Mauro Silva, Fran; Turu Flores y Pauleta (Manjarín, m. 78).Real Sociedad: Alberto; Jáuregui, Antía, Pikabea, López Rekarte; Aramburu (Fuentes, m. 60), Juan Gómez, Aranzábal; Sa Pinto (Idiakez, m. 75); De Paula (Cvitanovic, m. 64) y Kovacevic. Goles: 0-1. M. 90. Donato trata de proteger el balón al borde del área, pero Cvitanovic mete la pierna y se lo quita. La pelota sale rebotada hacia Idiakez, quien dispara ajustado y a media altura al palo izquierdo de Songoo. Árbitro: Esquinas Torres, madrileño. Mostró tarjeta amarilla a Sa Pinto y a Alberto, de la Real Sociedad. Unos 22.000 espectadores en el estadio de Riazor.
Los de San Sebastián conforman un equipo aplicado y cerebral, en el que el factor sanguíneo corre a cargo del pivote Gómez y del portugués Sa Pinto en ataque. Por su parte, el Depor confirmó que ha adquirido toda la intensidad en el juego que echaba en falta en la primera vuelta del campeonato, atributo al que se suma el gran momento de forma de Flores.
Arsenal de recursos
El argentino no defraudó y exhibió un arsenal de recursos propios no sólo de un goleador, sino de un jugador total. En el minuto 20 entusiasmó por primera vez a la grada, cuando en el medio campo se zafó de tres contrarios con un caracoleo y un giro sobre sí mismo para habilitar un pase diagonal a Ziani, a cuyo centro no pudo llegó Pauleta. Previamente, el francés, hiperactivo y escurridizo como una ardilla, había enganchado dos boleas que se fueron a la derecha del marco defendido por Alberto.No acabó ahí, ni mucho menos, el despliegue del Turu. En jugadas posteriores conectó dos peligrosos cabezazos, uno de coronilla, que salieron desviados. En el minuto 45 cerró el telón de la primera parte con un durísimo disparo de larga distancia que Alberto sólo pudo rechazar con dificultad. La Real Sociedad supo pelear la posesión del balón en el centro del campo y llegar con buenos apoyos a la zona defensiva del Deportivo, pero sin crear demasiado peligro a Songoo.
En la continuación, prosiguió el festival Flores, en este periodo aderezado con alguna filigrana de Djalminha, quien no fue el futbolista confuso y egoísta de otras ocasiones. El brasileño acuñó una nueva suerte, mezcla de autopase y regate, con la que dejó congelados en dos ocasiones a sus marcadores. En el minuto 68 se marchó en slalom de varios contrarios hasta ser derribado en la frontal del área. El libre directo fue un obús de Flores que golpeó en el larguero.
A cuatro minutos del final, Mauro Silva marró incomprensiblemente un cabezazo solo delante de Alberto. Cuando el Depor ejercía su mandato con mayor poderío, llegó la estocada de la Real, en su única llegada al área local de toda la segunda parte. Ante la presencia de Cvitanovic, Donato dudó entre despejar o ceder a Songoo, indecisión que aprovechó el balcánico para robar el balón y retrasarlo a Idiakez, quien fusiló a la red.
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