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Tres oficiales del Ejército israelí mueren en Líbano en una emboscada de la guerrilla de Hezbolá

Tres oficiales del Ejército israelí resultaron muertos y otros cinco soldados fueron heridos en una emboscada tendida ayer por la guerrilla islamista de Hezbolá en el límite exterior de la franja de seguridad del sur de Líbano. Es el peor ataque que sufre en la zona el Ejército israelí desde el pasado mes de noviembre.La emboscada se produjo pasada la medianoche del lunes al martes en Birkit Jabbur, a unos tres kilómetros al norte de la zona de seguridad, a medio camino hacia la llanura de la Bekaa, donde el comando de paracaidistas israelíes trataba de infiltrarse, en una operación de castigo contra la milicia shií. El comando israelí fue sorprendido en la operación por un grupo de guerrilleros de Hezbolá. Durante cerca de cuatro horas soportó fuego de armas ligeras y granadas, que provocaron la muerte de los tres responsables de la operación, un comandante y dos tenientes. Los guerrilleros se apoderaron de parte del equipo militar, incluido el de transmisiones.

Helicópteros del Ejército israelí que acudieron a la zona rescataron a los supervivientes y recuperaron los cadáveres, mientras aviones de combate bombardeaban horas más tarde posiciones de Hezbolá y la artillería israelí disparaba más de 200 granadas como represalia por la muerte de sus tres soldados.

La operación, que fue acogida como una victoria por la guerrilla integrista libanesa, es la primera gran derrota que sufre el Ejército israelí en la zona desde que el pasado mes de noviembre se hiciera cargo del Ministerio de Defensa Moshe Arens, uno de los más radicales defensores de la solución militar en el sur de Líbano, opuesto a cualquier tipo de pacto y, por supuesto, de la retirada. Arens sustituía en su cargo al liberal Isaac Mordejai, ahora convertido en número uno del Partido de Centro, interesado en que las tropas israelíes se replieguen incondicionalmente de la zona.

"Israel debe cortar la luz de Beirut", propuso ayer el ministro israelí de Seguridad Interior, Avigdor Kahalani, líder del partido centrista Tercera Vía -miembro de la coalición del Gobierno-, aludiendo así a la necesidad de llevar a término una operación de castigo contra el país vecino similar a la desencadenada por Simón Peres en abril de 1996, en vísperas también de las últimas elecciones. Aquella operación, bautizada con el nombre de Uvas de la Ira, ocasionó entre 170 y 200 muertos, y en la misma se dañaron infraestructuras de Líbano, incluida una central eléctrica cercana a Beirut.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acogió la noticia con un comentario pesimista. "Hay a veces situaciones de mala suerte y hay momentos duros. Hoy hemos vivido uno de ellos", dijo. Netanyahu no descartó, sin embargo, la vía del diálogo para arreglar el conflicto y añadió que tiene la esperanza de que "habrá cambios en Siria que propiciarán el inicio de las negociaciones" con Israel, lo que desembocará, según él, en "un acuerdo que permitirá dejar Líbano con prudencia, responsabilidad y orgullo".

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