_
_
_
_

"Nosotros compramos un contrato", explica Cepsa

Lucrecio Jiménez Espinel, directivo de Cepsa y administrador único de Cedipsa, firma que adquirió en 1998 la empresa concesionaria de la explotación de la gasolinera de Campo de las Naciones, explica la operación: "Le compramos la mayoría de las acciones a la sociedad de Fernando Chércoles. Nosotros somos Cedipsa, Compañía Española Distribuidora de Petróleos. Somos una compañía de Cepsa. Nos dedicamos a la explotación de gasolineras. Vimos aquí una oportunidad de explotar una gasolinera que ya tenía licencia y compramos la totalidad de las acciones. Cedipsa me nombró administrador único. En realidad, compramos un contrato". Jiménez Espinel es directivo de Cepsa, en tanto que director del área de explotación de estaciones de servicio. Jiménez Espinel apunta que "para un negocio así hacía falta una capacidad de inversión que Chércoles no tenía, y nosotros sí". En el aire flota cómo la sociedad municipal eligió a un inversor que no podía invertir frente a rivales como Cepsa, Shell o Campsa.Cambio de versión

Más información
Un jubilado ganó 90 millones al vender a Cepsa la macrogasolinera de Campo de las Naciones
El farol de un modesto pensionista

Sobre esta venta, Chércoles, en entrevista concedida a EL PAÍS, cambia hasta tres veces de versión: "No fue por 100 millones, sino por 50". Tras informarle de que los compradores sitúan en 100 millones el pago, dice: "Figuraban 100, pero yo sólo cobré 50". ¿Y el resto? "No sé quien lo cobró, pero yo sólo cobré lo mío. A mí me plantearon así la operación, y el resto tenía que ir a otras personas". Tercera y última versión. Tras conversar con Joaquín Molpeceres, su avalista, matiza: "Yo cobré todo, pero me reservé 50 millones para pagar a Hacienda".

Molpeceres, su avalista, logró, mediante concurso, la concesión de un campo de golf de la sociedad Campo de las Naciones y ha trabajado en contratas para el Ayuntamiento.

Paradójicamente, el presidente de la sociedad Campo de las Naciones, el concejal Enrique Villoria, defendió en la aprobación del concurso (1993) la oferta de Chércoles: "Es la más ventajosa, al tiempo que con ella se elude el problema que resultaría de adjudicar el concurso a las grandes compañías de distribución, que frecuentemente acaban por transferir la explotación a un tercero, desvirtuándose con ello la adjudicación. En este sentido, a la hora de otorgar el contrato deberán tomarse cuantas cautelas de orden jurídico sean precisas". A tal fin parece responder la cláusula octava del concurso: "Queda prohibida la cesión, arriendo o traspaso total o parcial de la explotación". Villoria confirmó ser un buen augur. "Con el dinero que recibimos de la compra desembolsamos el capital", dice Chércoles.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_