"Seria decepción" en el Gobierno

El Gobierno de José María Aznar no oculta su frustración por el contenido del texto aprobado ayer en el Parlamento vasco con los votos de PNV, EH, EA e Izquierda Unida, en el que no se condena expresamente ni la violencia callejera ni las amenazas y coacciones que, en plena tregua terrorista, sufren a diario los cargos públicos de los partidos no nacionalistas.El portavoz Josep Piqué manifestó anoche que el Ejecutivo central ha acogido esta resolución, avalada por sus socios parlamentarios del PNV, con "una seria decepción". El ministro, en una declaración formulada en la sede de su departamento, fue más allá y advirtió de que "se están frustrando las esperanzas de la inmensa mayoría de la sociedad vasca y española en el sentido de avanzar seriamente hacia la paz y la aceptación de las reglas de juego democrático".

En su opinión, el documento no tiene en cuenta que diariamente se están conculcando derechos elementales de la sociedad vasca, entre ellos el de la libertad de expresión. "No es de recibo para avanzar hacia una auténtica voluntad de paz hablar en términos de negociación política y conflicto político. Alguien podría apreciar que un pronunciamiento en favor del rechazo de cualquier manifestación de violencia debería bastar, pero no es así. No basta con eso. Es necesario que quede claro que la paz no tiene contrapartida, que no tiene precio, y que desde el Gobierno existe la voluntad de seguir trabajando en esa dirección", enfatizó.

Las palabras del ministro reflejaban la decepción con que Aznar ha acogido la votación de la Cámara vasca. "Nada nos hubiera gustado más que a partir de este texto hubiéramos podido adivinar de verdad un avance. Pero lamentablemente no ha asido así".

Piqué pidió en nombre del Gobierno que los partidos nacionalistas democráticos del País Vasco reflexionen para "hacer entender a Euskal Herritarrok y a todo el mundo que ha ido apoyando a ETA hasta este momento que no basta con este tipo de declaraciones verbales más o menos generalistas".