Protagonistas y "carne de cañón"

La poderosa estela de Madeleine Abright que puso firmes a los negociadores en Rambouillet y arrastró hasta el castillo a sus colegas del Grupo de Contacto, eclipsó prácticamente la reunión de los 15 ministros de Exteriores de la Unión Europea celebrada igualmente en la capital francesa.El encuentro respondió al doble propósito de destacar el protagonismo europeo en el intento de llevar la paz a Kosovo y también de dar alguna satisfacción a aquellos países, caso de España, que no forman parte del Grupo de Contacto, pero a los que se invita a desplegar tropas en Kosovo.

Como representante del país que ostenta la presidencia de la UE, Joschka Fischer, ministro de Exteriores alemán, subrayó "la contribución esencial que la Unión Europea y la Comisión aportan a la paz en Kosovo".

El jefe de la diplomacia alemana justificó el encuentro por "la necesidad de ofrecer una política común sobre el conflicto y adoptar una posición europea sobre la conferencia de Rambouillet". Se trataba, pues, de marcar una estrategia propia, pero el problema previo a solventar nacía del hecho mismo de que no todos los comensales disponían del mismo caudal informativo. Antes que nada, los ministros de los países que sí están en el Grupo de Contacto, Francia, Italia, Reino Unido y Alemania, tuvieron que dar cuenta del estado de la situación al resto. Estos últimos se aplicaron en consecuencia a la tarea de explicarse, de disolver el malestar compartido por los ministros de los once países que, de acuerdo con el lenguaje diplomático, "no se han sentido suficientemente asociados a las conversaciones". Hace ya una semana, el ministro belga Erik Derycle indicó que "los grandes países de la UE" tienen tendencia a constituir "directorios" que excluyen a los "pequeños países". Dijo más: que estos pequeños Estados sirven de "carne de cañón" en Kosovo enviando a sus tropas cuando ni siquiera son consultados en las deliberaciones.