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La moda toma el relevo de bancos y aseguradoras en el paseo de Gràcia

Los locales comerciales del paseo de Gracia de Barcelona siguen disfrutando de altos alquileres gracias a la moda. En los últimos dos años, una quincena de firmas de moda han decidido tomar el relevo de bancos y aseguradoras. Los precios se mantienen altos a pesar de que, en muchos casos, los locales son antiguos y poco adecuados a la demanda. El bulevar principal de la ciudad permite alquileres de 8.400 pesetas el metro cuadrado. La calle más cara sigue siendo el Portal de l"Àngel, que supera las 12.000 pesetas.

Así lo prueba una de las últimas transacciones que se han realizado en el paseo de Gràcia. El grupo Grand Mausol, que preside el promotor José Pérez Baquero, ha alquilado a ese precio un local de 300 metros cuadrados a la compañía francesa Catimini. El aterrizaje de grandes firmas de la moda, como Chanel, Roberto Verino, Marina Rinaldi y Yanko, le ha venido bien al paseo de Gràcia. "Los precios en Barcelona están a la altura de los de Roma, Milán o Nueva York, sobre todo si hablamos del Portal de l"Àngel. En el resto se mantienen altos porque las buenas situaciones son difíciles de encontrar y las pocas que están a tiro están sobrevaloradas. También es un problema que casi siempre hablamos de construcción de los años 1930 a 1960, con demasiadas columnas, que no se adapta fácilmente a la demanda", afirma Isidre Bonsoms, de Barcelona Consulting Grup, asesor, junto con Gramar, del aterrizaje de Catimini en Barcelona. Abandonado durante décadas a bancos y aseguradoras, el paseo de Gràcia ha recobrado vigor comercial. La revitalización depende de pequeñas superficies por las que se pagan precios elevados. Es el caso de Armani y Chanel, que han abierto pequeños locales en los bajos del remozado hotel Majestic, propiedad de la familia Soldevila, por los que pagan más de 8.000 pesetas por metro cuadrado. Otros ejemplos son la zapatería Yanko, firma propiedad de Xavier Camp, y las tiendas de Max Mara, Mango, Antonio Pernas y Purificación García. Por no hablar de Marella, la tienda de moda que permite ilustrarse sobre el tema o tomar un café, que abrió en septiembre del año pasado. La recuperación comercial de los últimos años coincide con realidades un tanto trucadas, como el fabuloso alquiler de 30 millones de pesetas mensuales que pagaba la multinacional musical Virgin, que ya ha abandonado la ciudad. De nuevo ha sido una firma de moda, en este caso Zara, la que tomado el relevo en este emblemático edificio. También el desaparecido Fashion Café contribuyó al nuevo florecimiento del paseo.

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