_
_
_
_

El Gobierno de Brasil se ve obligado a pagar en 48 horas dos deudas del Estado de Minas Gerais

El Gobierno brasileño pagó en la tarde del jueves parte de la deuda externa del Estado de Minas Gerais. Es la segunda vez en menos de dos días que el Gobierno paga una deuda de este Estado para salvar su imagen externa. Esta vez le tocó hacer un desembolso de 1,9 millones de dólares (1,67 millones de euros, 1.470 millones de pesetas), que Minas Gerais debía al Banco Interamericano de Desarrollo (BID).El Gobierno informó en Brasilia que, después de haber pagado esta deuda, retuvo una vez más fondos destinados a Minas Gerais. El miércoles le había tocado al Tesoro Nacional contribuir con 54,5 millones de dólares (8.000 millones de pesetas) para amortizar eurobonos emitidos por Minas Gerais. El Gobierno también comunicó que, después de haber cobrado por la vía de la retención de fondos y la intervención directa en los depósitos bancarios de Minas Gerais todos los retrasos del Estado federal, había liberado los fondos remanentes que quedaban depositados y que pertenecen a Minas Gerais.

El enfrentamiento entre el gobernador de Minas Gerais, el expresidente Itamar Franco, y el actual presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, llegó de esa forma a un nuevo y curioso punto. Brasilia no dejó de ejercer su derecho a cobrar lo debido y Minas logró que se liberaran los fondos remanentes que antes estaban retenidos.

Pero ayer, Itamar Franco dio una nueva demostración de que su imprevisibilidad no tiene límites. Convocó una reunión de emergencia con el alto mando de la policía militar local -un cuerpo de seguridad de élite- para "evaluar el caos social que amenaza" a su Estado. El único antecedente de una reunión similar fue en 1964, cuando el entonces gobernador Magalhães Pinto convocó a la misma policía militar para que participase en el golpe militar que derribó al presidente João Goulart y le permitió iniciar una dictadura militar que duró hasta 1985.

La actitud descabellada de Itamar Franco, sin embargo, no provocó más que sorpresa y discretas risas. La única preocupación del Gobierno de Cardoso es evitar, a toda costa, que se deje de cumplir con los compromisos internacionales. En los medios políticos y financieros se entiende que todo lo que Itamar Franco diga no merece mayor atención. Pero aunque en Brasil se dé por descontado que la rabieta provinciana del expresidente no llevará a ninguna parte, se teme que fuera de las fronteras se le tome en serio.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_