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Alemania anuncia limitaciones a la ley de ciudadanía

Pilar Bonet

El canciller alemán, el socialdemócrata Gerhard Schröder, sacó ayer por primera vez consecuencias prácticas de la pérdida del Estado federado de Hesse, donde el domingo fue derrotada una coalición regional del mismo signo rojiverde que el Gobierno federal. El proyecto de ley de ciudadanía será modificado y tendrá un alcance más modesto, ya que se introducirán "claras limitaciones" a la doble nacionalidad, según dijo Schröder en una entrevista que publica hoy el diario Suddeutsche Zeitung. Los hijos de los emigrantes podrán tener la doble nacionalidad, pero al llegar a la edad adulta se verán obligados a elegir entre ser ciudadanos alemanes o de su patria de origen.

Tras la evidencia de que una parte de su propio electorado rechaza el proyecto de ley elaborado por el ministro del Interior, Otto Schily, los socialdemócratas constataron ayer la necesidad de una solución de consenso. Schily, que defendió anoche su texto como "muy razonable", anunció que el Gobierno comenzará por examinar los borradores de compromiso que estén más próximos a su propio proyecto. Las opciones con más posibilidades de prosperar contemplan doble ciudadanía para los hijos de emigrantes y obligación de elegir entre una u otra, a los 18 años (el proyecto del partido liberal) o a los 23 años (el proyecto del Estado de Renania Palatinado). La pérdida de la mayoría socialdemócrata en el Bundesrat (Cámara de los Estados) dificulta también, a corto plazo, la aprobación de la ley para el abandono de la energía nuclear. El borrador de esta ley no ha sido elaborado aún y el Gobierno ha prometido consensuarlo con los representantes de la industria nuclear. En una entrevista publicada el lunes por Le Figaro, Schröder se negó a poner una fecha al abandono de la energía nuclear y reiteró que desea solucionar este problema con el acuerdo de los representantes del sector nuclear. "Finalmente, llegaremos a un compromiso adaptado a cada central nuclear", manifestó el canciller. Por lo visto, el socio mayor de la coalición gubernamental no está dispuesto a ceder ante las prisas de los verdes. Así lo indicaba ayer el presidente del SPD y ministro de Hacienda, Oskar Lafontaine, tras una reunión de la dirección de su partido. "No estamos presionados por el tiempo", señaló lacónico el ministro. En medios verdes se desea iniciar el cierre de centrales nucleares lo más pronto posible para establecer un precedente, pero la industria nuclear se plantea plazos de varias décadas. El otro componente polémico de la política de desnuclearización del Gobierno -la ley para prohibir el transporte y tratamiento de residuos radioactivos alemanes en el extranjero a partir de enero del año 2000-, había sido puesto en vía muerta antes de la derrota de Hesse, por temor a las reclamaciones financieras de las empresas internacionales asociadas con las centrales nucleares alemanas. La ley sobre el abandono de la energía nuclear, al igual que la ley de ciudadanía, afecta a los intereses de las regiones, y por ello, para ser aprobadas, necesitan una mayoría absoluta del Bundesrat, que el SPD ya no tiene. Las próximas elecciones regionales tendrán lugar en junio en Bremen, donde hay una coalición formada por el SPD y la CDU, los dos grandes partidos rivales, que se entienden bien a escala local en Bremen.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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