Fisuras en pilares de la catedral de Sevilla avivan una polémica sobre su seguridad "Si esto fuera grieta, estaría sostenida por los ángeles", ironiza el secretario del Cabildo
Efectos turísticos Los turistas paseaban ayer por el interior del templo, ajenos a las especulaciones sobre la resistencia de las columnas y sus probables riesgos. La catedral de Sevilla constituye uno de los grandes atractivos de una ciudad pródiga en monumentos y reclamos turísticos. Poner en solfa la seguridad del conjunto puede tener efectos inmediatos sobre el turismo. El arzobispo Carlos Amigo lamentaba el lunes que "puede causar mucho daño a Sevilla". Y también directamente al presupuesto catedralicio: el templo sevillano, según la Consejería de Cultura, ingresa 600 millones de pesetas al año, que se reinvierten parcialmente en la conservación del patrimonio. La actuaciones en el templo, según Cultura, "son impecables".La catedral de Sevilla, el templo gótico más grande del mundo, no amenaza con desplomarse sobre la cerviz de sus fieles ni visitantes, aunque sus cinco siglos de vida hagan mella en algunos elementos de su estructura y requieran obras de intervención como las que se ejecutan en la Puerta de San Miguel o las previstas para dos pilares del Trascoro. Diferentes voces del ámbito eclesiástico, administrativo y técnico coincidieron ayer en minimizar los riesgos que entraña el deterioro de algunos puntos para la seguridad. El secretario del Cabildo Catedral Metropolitano, Juan Garrido Mesa, explicó ayer que la intervención se limitará a dos columnas, cuya situación ha sido objeto de estudio desde la década de los 70, cuando se introdujeron los "primeros testigos para averiguar si había desviaciones". El decano del Colegio de Arquitectos de Andalucía Occidental, Ramón Queiró, que ya observó "estas grietas" hace 15 años, cuando elaboró un informe para la Asociación de Amigos de la Catedral, descartó que exista "una situación de riesgo inminente", informa Rodrigo Ponce de León. Ambos pilares presentan fisuras bien visibles, pero no grietas que atraviesen transversalmente la estructura. "Si esa grieta estuviese así, estaría sostenida por los ángeles", ironizó el secretario del Cabildo, a cuenta de la imagen reproducida el sábado por el diario Abc. La instantánea alentaba la ambigüedad al reproducir una columna cruzada por un grueso cable de instalación eléctrica, que algunos confundieron con una grieta de notables dimensiones. El proyecto de consolidación de los dos pilares del Trascoro, que será presentado la próxima semana en la Gerencia de Urbanismo de Sevilla para obtener la licencia de obras, está en manos del arquitecto Alfonso Jiménez Martín, maestro mayor de la catedral, y del ingeniero y catedrático de Estructuras de la Universidad de Sevilla, José Luis Manzanares Japón. Estas columnas, próximas a las capillas de Maracaibo y San José, comenzaron ayer a ser numeradas, piedra a piedra, como paso previo a su desmontaje. Una vez concluidas estas obras, podrían acometerse trabajos similares en otros pilares. El Cabildo prevé que el proyecto de consolidación esté ultimado el lunes 15. Una vez obtenida la licencia de obras en la Gerencia de Urbanismo, el plan de intervención será remitido a la Comisión Provincial de Patrimonio para que se pronuncie, como es preceptivo para los Bienes de Interés Cultural, el caso de la catedral sevillana. La delegada provincial de Cultura, Pilar Gómez Casero, explicó que el único informe remitido hasta el momento a su departamento desde el Cabildo advierte "patologías" en las dos columnas del Trascoro. En este escrito, fechado el 17 de septiembre, se describe que la situación "no es grave". La otra intervención en marcha, en la Puerta de San Miguel, obligará a cambiar el acceso de las procesiones de Semana Santa al templo. La Puerta del Príncipe, según decidió el Cabildo en un pleno extraordinario, comenzó a habilitarse ayer como entrada alternativa. El temor suscitado sobre el estado del templo obligó al propio arzobispo Carlos Amigo a atajar públicamente las especulaciones: "No hay ningún motivo de alarma". Con cierto malestar, el prelado relató que habían recibido llamadas de religiosas, convocadas a una celebración, para disipar sus dudas sobre la situación de la catedral. Tanto la delegación de Cultura como el Cabildo y técnicos coincidieron ayer en minimizar los riesgos que representan las fisuras de las columnas, objeto desde hace un año de una campaña de auscultación, mediante sensores de alta sensibilidad informatizados y sondeos para determinar deformaciones, tensiones, fisuras y el gradiente térmico y de humedad en el interior de los pilares.
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