_
_
_
_

El cineasta John Madden cree que, gracias a su película, Shakespeare ha vuelto a las masas

El filme "Shakespeare enamorado" participa en la sección oficial del Festival de Berlín

Elsa Fernández-Santos

John Madden se escuda en las lagunas biográficas que existen alrededor de la vida de William Shakespeare para justificar "cualquier distorsión". Por eso su película Shakespeare enamorado, dice, "juega libremente con el personaje". Madden, que hoy sabrá, cuando se anuncien las candidaturas a los oscars, si se confirman las previsiones que apuntan a su filme como uno de los favoritos, considera que, gracias a su trabajo, el famoso dramaturgo ha vuelto a "las masas". "No era un autor de élite hasta que los intelectuales se apropiaron de él en el siglo XX", añade el director, que ayer presentó en Madrid el filme, que participa en la sección oficial de la Berlinale

Tras obtener tres Globos de Oro (a la mejor actriz, director y guionista de comedia) y ser seleccionada para la sección oficial del Festival de Berlín (donde se proyecta el próximo día 14), Shakespeare enamorado se ha convertido en un inesperado éxito. En España se estrenará el 12 de marzo. Su guión, escrito hace siete años por Marc Norman (y finalmente revisado por el autor de Rosencrantz y Guildernstern están muertos, Tom Stoppard), ha estado durante todo ese tiempo pasando de mano en mano y de estudio en estudio hasta que finalmente Miramax decidió realizarlo el año pasado. "Tenían miedo, pensaban que sólo una megaestrella podía interpretar a Shakespeare. Cuando el guión estuvo en manos de la Universal, en 1992, pensaron en Julia Roberts para el papel de la chica protagonista, pero jamás llegaron a rodarlo", explica Madden, quien añade que los estudios intentaron quitar el nombre de Shakespeare del título "para no espantar a la gente. Ellos pensaban que con ese título la película iba a ser poco accesible".

Sin presiones

Madden (un inglés afincado en Estados Unidos desde 1975, con apariencia de hombre simpático y sencillo) asegura que su película es el resultado de lo que él quería hacer e insiste varias veces en que no ha sufrido presiones de ningún tipo, que su libertad ha sido absoluta, que el título es el que quería, y también lo son el reparto y el montaje. "Como hacía Hitchcock", afirma sin pestañear, "rodé de tal manera que fuera imposible otro montaje que el que yo había pensado". Y todo ello, añade el director, para "devolver a Shakespeare a su sitio, junto a la gente". Un actor de teatro guapo y poco conocido, Joseph Fiennes, y una brillante estrella del nuevo Hollywood, Gwyneth Paltrow, interpretan esta comedia romántica, que cuenta cómo se escribió Romeo y Julieta, con el esplendor de la época isabelina como fondo. El filme muestra a un Shakespeare joven, entre bohemio y donjuanesco, en búsqueda desesperada de una musa que le devuelva un talento que da por perdido. El dramaturgo, inconsciente de su poder creativo, escribe en la medida que actúa (quizá lo más cercano a la realidad del filme) y se enamora locamente de una bella cortesana que ansía convertirse en actriz en una época en la que subirse a un escenario era algo totalmente prohibido a las mujeres. La joven se disfraza por ello de hombre y conoce así a su autor favorito, que se enamora de ella pensando que es un hombre. Entonces se produce un juego de ambigüedad sexual que no dura ni una escena: inmediatamente el dramaturgo descubre que el actor es una mujer. "Bueno, sólo queríamos jugar un poco con esa ambigüedad, pero el tema de la película es otro", explica el director del filme. "No es que se quiera evitar la homosexualidad, es que había otras cosas que queríamos contar más complicadas e interesantes. Quizá sea una lástima que no hayamos desarrollado más ese juego, pero quizá ésa es otra película".

La "musa"

Para Madden, la teoría de que la musa de Shakespeare no era, como en su filme, una hermosa joven, sino un bello aristócrata es tan posible como incierto. "Puede haber argumentos en ambos lados. La sexualidad en aquella época era más indefinida que ahora, era otra cosa. Y es posible que alguien con una imaginación como la de Shakespeare experimentara en todos los terrenos". Madden afirma que el gran logro de su película es que es popular, "para todos los públicos", dice. El director cree que en ningún momento se pierde el respeto por el personaje. "Shakespeare es un personaje generoso, para todos. Cualquier distorsión es por ello aceptable. Siempre se olvida que fue un escritor popular, una especie de guionista de Hollywood que hacía efectos especiales con las palabras. Quizá el único misterio importante que le rodea es cómo podía confluir en un solo escritor tanta sabiduría sobre el hombre, tanto conocimiento sobre el ser humano".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_