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Reportaje:

Un gen influye en que unos se enganchen al tabaco y otros no

Milagros Pérez Oliva

Los estudios sobre tabaquismo indican que los nuevos fumadores cada vez se inician en el hábito a edad más temprana. En España, cerca de la mitad de los jóvenes ha probado el tabaco antes de los 16 años y el 26,4% de los que tienen entre 15 y 17 años fuma regularmente. ¿Por qué razón entre todos los jóvenes que se inician en el tabaco unos se hacen adictos y otros no? Hasta ahora se había dado una explicación exclusivamente psicológica o ambiental. Pero la genética está empezando a dar respuestas algo más deterministas. Dos estudios publicados esta semana en la revista Psicología de la Salud de la Asociación Americana de Psicología, indica que unos jóvenes son más vulnerables al tabaco que otros por la misma razón que a unos fumadores les cuesta más dejarlo que a otros: por la presencia o ausencia de un gen.

La psicóloga Caryn Lerman, del Centro Médico de la Universidad de Georgetown, en Estados Unidos, ha demostrado que existe un vínculo entre el comportamiento adictivo al tabaco y un gen relacionado con el transporte de la dopamina. En un estudio en el que participaron 289 fumadores y 233 no fumadores observó que las personas que carecían de ese genotipo concreto eran más proclives a iniciarse pronto en el tabaco y a hacerse adictos. También tenían más dificultades para dejar de fumar.

Otro estudio

La misma relación con ese gen ha observado Dean H. Harner, del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, tras analizar a 1.107 personas entre fumadores, no fumadores y ex fumadores. Harner ha observado que la presencia de ese gen está asociada a determinadas características de la personalidad que hacen que una persona sea más o menos vulnerable ante el tabaco. " Descubrimos que las personas que tienen ese gen en concreto tenían 1,5 veces más probabilidades de haber dejado el tabaco que los que carecían de él. Sin embargo, el gen no es un determinante estricto de la capacidad de dejar de fumar, sino más bien una influencia sobre la capacidad de respuesta del individuo ante estímulos externos, entre los cuales figura fumar", indica Harner. "Esperemos que con un mejor entendimiento de la genética asociada a la conducta del consumo de cigarrillos seamos capaces de desarrollar unas estrategias farmacológicas y psicoeducativas más eficaces para dejar de fumar que tengan en cuenta estas diferencias individuales", concluye el investigador norteamericano.

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