Los partidos católicos italianos impiden aprobar la donación de semen
La ley de fecundación asistida - con la que el Gobierno italiano pretendía poner fin al estado de confusión en este delicado terreno- quedó ayer desnaturalizada con la inclusión de una enmienda gracias a los votos de la oposición política y los partidos católicos que forman parte del propio Ejecutivo. Una mayoría de 251 diputados votó a favor de la modificación del artículo que autorizaba a las parejas con dificultades para procrear el recurso al semen de un donante externo (fecundación heteróloga). En contra de la enmienda se pronunciaron 215 parlamentarios. La votación viene a modificar el artículo 4 del proyecto de ley, que preveía la posibilidad para una pareja de hecho (independientemente del vínculo matrimonial) de recurrir a un donante de semen para resolver un problema de infertilidad. La enmienda, presentada en aras de la tutela del embrión, rechaza el recurso a la inseminación con semen de un donante ajeno a la pareja.
Después de casi dos años de discusiones, el texto consensuado queda seriamente alterado, hasta el punto de provocar la dimisión, ayer, de la ponente de la ley, Marida Bolognese, diputada del Partido Democrático de Izquierdas (PDS). El presidente de la cámara, Luciano Violante, se vio obligado a posponer el debate hasta la semana próxima, en tanto se encuentre un nuevo ponente parlamentario.
Diferentes mayorías
La votación pone nuevamente de relieve la existencia de una mayoría natural en el Parlamento italiano que poco tiene que ver con la distribución de fuerzas entre Gobierno y oposición. Los diputados de dos partidos católicos confesionales como el Partido Popular Italiano (PPI) y la Unión Democrática para la República (UDR), que forman parte del Ejecutivo, votaron en bloque contra un texto, el de Bolognese, previamente consensuado en la comisión de Asuntos Sociales de la Cámara Baja, y considerado como demasiado progresista por la oposición. Junto a los dos partidos católicos se alinearon en esta ocasión no sólo la mayor parte de los parlamentarios de la coalición de centro-derecha, el Polo de las Libertades, sino elementos tan heterogéneos como los diputados que representan a las minorías lingüísticas y los de la secesionista Liga Norte.
No es la primera vez que el Parlamento italiano se divide en dos grandes bloques por encima de intereses políticos. Los debates previos a la aprobación de leyes como la del aborto y la del divorcio (tras los correspondientes referendos) mostraron la misma fractura entre partidos católicos y partidos laicos.
El fracaso de los grupos de izquierda, comenzando por el Partido Democrático de Izquierdas, la principal fuerza en la coalición de Gobierno, podría quedar reflejado en una ley "no de tipo europeo", en palabras del secretario general del partido, Walter Vetroni.
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