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Los antiabortistas condenados por amenazar a médicos en Internet ampliarán su campaña

El grupo no pagará la multa de 14.980 millones y pondrá cámaras frente a clínicas de EE UU

Los grupos antiaborto de EE UU desafían a la justicia. Lejos de amilanarse por una sentencia que condena al pago de 14.980 millones de pesetas a los 14 autores de unas páginas de Internet que contienen amenazas a los médicos y clínicas que practican abortos (The Nuremberg Files), los condenados se niegan a pagar, rechazan cerrar las páginas y anuncian "mejoras" en su campaña: instalarán cámaras frente a las clínicas para mostrar por Internet a las personas que entran y salen de ellas. La sentencia abre un debate en EE UU sobre la libertad de expresión en la red.

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Colisión de derechos

El nombre y la dirección del doctor Barnett Slepian figuraban en The Nuremberg Files, unas páginas de Internet fanáticamente antiabortistas en las que se ofrecen datos personales de médicos y trabajadores de clínicas de EE UU que practican la interrupción del embarazo. Cuando hace unos meses un francotirador le mató de un disparo en la cocina de su casa, su nombre apareció tachado en la lista de médicos que ofrece ese Archivo de Nuremberg. De hecho, un juez investiga todavía si el nombre fue tachado antes o después de que se cometiera el asesinato, para tratar de demostrar una posible relación entre el autor del crimen (todavía en paradero desconocido) y los responsables de esas páginas de Internet. Las fotografías de los médicos más odiados por los autores de las páginas aparecen enmarcadas en un cartel de Se busca al estilo del Viejo Oeste. En los carteles se ofrecen 5.000 dólares de recompensa (730.000 pesetas) por "cualquier información" sobre los "médicos mortíferos".

Las 14 personas implicadas en la elaboración y creación de las páginas de Internet y los carteles fueron denunciadas por un grupo de médicos que logró su objetivo: un jurado de Portland (Oregon) ha condenado a los acusados a pagar 107 millones de dólares (casi 15.000 millones de pesetas) a los autores de la denuncia.

Los doctores que llevaron a los tribunales al grupo de antiabortistas relataron durante el juicio cómo sus vidas se han convertido en pesadillas al ver sus nombres (y el de sus esposas, maridos e hijos) publicados en un lugar de Internet en el que, según su opinión, se hace una evidente apología de la violencia. Algunos de ellos contaron cómo no salen de casa sin un chaleco antibalas o cómo usan habitualmente pelucas para tratar de combatir el miedo a un atentado.

Siete asesinatos

Los abogados de los acusados trataron de centrar las acusaciones en un debate sobre el derecho a la libertad de expresión. El jurado ha emitido su sentencia bajo la premisa de que las páginas de Internet y los carteles constituyen amenazas. Los abogados defensores anunciaron un recurso inmediato contra la sentencia. En los últimos cinco años han sido asesinadas en EE UU al menos 7 personas empleadas en clínicas en las que se practican abortos. Ha habido también más de 250 atentados con bombas, incendios o destrozos en estos centros o en los domicilios de los trabajadores. Sin embargo, las tres semanas de juicio y los cuatro días que el jurado empleó en la deliberación no resuelven por completo el caso: el jurado no tiene potestad para ordenar el cierre de las páginas de Internet. Los doctores que presentaron la demanda ya han solicitado que se dicte esa medida. Es el juez que presidía el caso el que ahora estudia el posible cierre. Además, por motivos de seguridad, el juez ha establecido que nunca se hagan públicos los nombres de los miembros del jurado en este caso.

Los condenados advirtieron que nunca pagarán la indemnización. Los demandantes planeaban invertir los 14.980 millones en la mejora de la seguridad y la protección en las clínicas, y en ayudas a las familias de las víctimas de atentados. Una de las acusadas, Catherine Ramey, miembro de la llamada Coalición de Activistas Pro Vida, dijo: "Nunca daré dinero a una industria que se lucra matando a nuestros hijos". Ramey añadió: "Sería como pedir a Martin Luther King que diera dinero al Ku Klux Klan".

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