Ría mientras tiembla

Ya me gustó esta obra en 1981 cuando la dirigió en el Marquina este mismo Ángel Montesinos de ahora; y el mismo Valladares hizo el personaje entre cínico, despiadado, amargado y víctima. La obra llevaba tres años representándose en Broadway, y seguiría un par de años más, hasta casi 2.000 representaciones: ha vuelto ahora a Estados Unidos, y vuelve a Madrid."Es un thriller en dos actos. Un solo escenario, cinco personajes, un asesinato en el primer acto, un desarrollo inesperado en el segundo. Sólida construcción, buen diálogo, risas donde hay que reírse. Altamente comercial", dice el personaje central hablando de una obra que tiene en sus manos: es esta misma, y una de sus burlas es que la obra imaginaria es la obra real, y que las alusiones al medio teatral abundan: tan buena es la obra imaginaria, se dice, que ni siquiera un buen director podría destruirla... El personaje, Francisco Valladares, es un escritor en periodo de sequía, "bloqueado" se suele decir, ¡ah!, no es una broma, pasa que un día... Bueno, aquí termina el relato: el director, Montesinos, hace la petición consabida de que "no cuenten el argumento a sus amigos", y creo que tiene derecho.

Sorpresas

Esta obra comercial está basada en sorpresas, algún susto, algún regreso a otros puntos de partida... Al autor le costó siete años escribirla; para complicarla, naturalmente, de manera que fuese sencilla, y que al mismo tiempo el humor y la ironía hicieran el guiño suficiente al público para que perdonara las inverosimilitudes propias del género. Ah, luego escribió, entre otros grandes éxitos, Rosemary"s baby... Y así está. La vi en una función de tarde, con público del que se llama normal -el de los estrenos tiene bastante dosis de anormalidad-, y rieron, se sorprendieron y aplaudieron. Como hace veinte años.