Música de épocas difíciles
Reapareció en los conciertos madrileños de la RTVE el director Antoni Ros Marbá y lo hizo con un programa de gran empeño e interés: una primera parte dedicada a Montsalvatge y una segunda a Zemlinsky. Del tanto y tan justamente premiado maestro de Gerona, volvimos a repasar la Desintegración morfológica de la Cahcona, de Bach, de 1962, página brillantísima y enjundiosa que, cual los buenos vinos, gana con el paso del tiempo, y Bric-à-brac, escrita en 1993 para la Orquesta de Tenerife. Se trata de cuatro ambientes y perfiles sonoros -si se quiere, temperamentos, como en el caso de Hindemith- que nos llevan en volandas y con espíritu vívido y espumoso de una evocación canaria, con tema popular como base, a la breve o concisa "divagación", antecesora de la Tensión del tercer movimiento, que se convierte, en el último, en la revitalización de aquellos divertimentos de los verdes años del músico. Muy bien llevadas por Ros Marbá y servidas por la RTVE, ambas partituras recibieron grandes aplausos que recogió Xavier Montsalvatge en unión de sus intérpretes.La Sinfonía lírica, de Alexander von Zelimsky (Viena, 1871-Nueva York, 1942), quien fuera profesor de Schoenberg, Korngold o Alma Mahler, entre otros, data de 1923 y practica la fusión instrumental-vocal y la amplitud formal derivada de las Novenas de Beethoven y Schubert y enaltecido al máximo por Bruckner y Mahler. Muestra Zemlinsky excelente factura que cuaja en no pocas bellezas, mas sin la originalidad ni la "temperatura" de Mahler, muerto en 1911.
Orquesta de RTVE
Director: Antoni Ros Marbá. Solistas: F. Robinson y W. Hartamann, cantantes. Obras de Montsalvatge y Zemlinsky. Teatro Monumental. Madrid, 28 de enero.
Una soprano y un barítono -Faye Robinson y Wilhelm Hartamann, de notoria calidad expresiva- cantan una serie de poemas extraidos de El jardinero, de Rabindranath Tagore, poeta tan divulgado y bellísimamente traducido al castellano por Zenobia y Juan Ramón Jiménez. Quizá se plantea una distonía entre la sensibilidad y la brevedad formal del poeta de Calcula y el amplio universo sonoro con que Zemlinsky lo asume y canta. En todo caso, merecen elogios el maestro y la orquesta, por su inconformismo, y los resultados obtenidos que les valieron muy largas ovaciones.
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