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El poder económico y la arquitectura se unen en una exposición sobre 30 bancos

Madrid, Bilbao y Barcelona tienen los ejemplos y autores más representativos del siglo

La historiadora del arte Carmen Giménez ha estudiado la arquitectura bancaria en España a través de sus edificios, como representación del poder económico a través de los proyectos de los arquitectos más famosos del momento. Una exposición abierta en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y organizada por el Ministerio de Fomento, presenta una selección de 29 edificios clave, desde 1868 a la actualidad. Los autores forman parte de la historia de la arquitectura de este siglo, como Palacios, Zuazo, Cendoya, Ortiz Echagüe, Mitjans, Corrales, Moneo y Sáenz de Oiza.

Los bancos aparecen encerrados en contenedores para formar la exposición Arquitectura bancaria en España, que ha preparado la comisaria Carmen Giménez, con la propuesta de la Dirección General de la Vivienda, la Arquitectura y el Urbanismo del Ministerio de Fomento. Con un montaje diseñado por María Arana y Martín Valerio, 30 paneles recogen 29 edificios -en el catálogo se estudian 60- con planos, dibujos, fotografías, maquetas y revistas que sitúan la historia gráfica de cada proyecto.El recorrido por la arquitectura bancaria es cronológico, con el comienzo de una tipología específica a partir de la construcción de un banco privado, el Banco de Bilbao, en la misma ciudad, en 1868, aunque el banco como institución se fija en 1782 con la fundación del Banco de San Carlos.

Carmen Giménez declara que pretende investigar a través de la arquitectura algunas características de la banca española, como su concentración en un pequeño número de grandes bancos y en las ciudades de Madrid, Bilbao y Barcelona. También quiere mostrar el paralelismo entre el poder económico y la arquitectura, cuya evolución es paralela a otros fenómenos constructivos, desde las posiciones conservadoras a la entrada de la arquitectura moderna y posmoderna con los arquitectos de mayor prestigio.

Contenedor

La intención es también situar la evolución del edificio bancario, desde la caja fuerte con gruesos muros y rejas hasta la caja de muros cortina de cristal, con una vuelta actual al edificio como contenedor del dinero. "La corriente posmoderna se inicia con el Bankinter (paseo de la Castellana, 79, de Madrid), de Moneo y Bescós, de 1973-1977. En los noventa se limitan los nuevos proyectos a las sucursales del Banco de España en Jaén, Girona, Madrid y Badajoz, con un abandono del aspecto monumental y representativo para volver a ser cofres del dinero y encerrar el bien supremo", dice la comisaria Carmen Giménez. En el recorrido cronológico aparecen los edificios anteriores a 1900, con el Banco Bilbao Vizcaya, de Bilbao, de Lavalle y Achúcarro; el de Santander, del paseo de Pereda, de Atilano Rodríguez, y el Banco Nacional de España, de Madrid, de Adaro y Sainz de la Lastra. Ya en estos comienzos se definen dos aspectos, según la comisaria, como las vinculaciones de los bancos a grupos de arquitectos -el BBV siempre contrata a profesionales vascos- y el destino de algunos concursos públicos. Para el primer Banco de España se presentaron cinco proyectos, pero el concurso se declaró desierto. El banco encargó el trabajo a Eduardo Adaro, de 23 años, cuya familia estaba emparentada con los grandes directivos del banco, un aspecto de "la historia de endogamia de la banca española". En las dos primeras décadas del siglo se sitúan realizaciones en Madrid, Oviedo, Vitoria, Bilbao y Vigo, con proyectos de Adaro, Palacios, Del Busto, Yárnoz, Apraiz y Guimón, que siguen hasta los cuarenta con Tenreiro y Zuazo. Las décadas siguientes se extienden a Barcelona, con piezas singulares como la Banca Catalana (1965), de Fargas y Tous, y el Banco Atlántico (1965), de Mitjans y Bacells. Entre los setenta y noventa los ejemplos clave que presenta la exposición son obras de Corrales y Vázquez Molezún (Bankunión, del paseo de la Castellana, 46, de Madrid), Rafael de la Hoz, Javier Carvajal, Moneo, Bescós, Eleuterio Población, Sáenz de Oiza (el BBV del paseo de la Castellana, 81, de Madrid), y sucursales del Banco de España en Girona (Clotet y Paricio), Jaén (Moneo), Badajoz y Madrid (Corrales y Vázquez Molezún).Desde el mismo lugar de la exposición, en el Círculo de Bellas Artes, del arquitecto Antonio Palacios (casi enfrente está su Banco Central Hispano de 1910-1918), se observa uno de los fenómenos estudiados por la historiadora Carmen Giménez, como el desplazamiento de las sedes desde el eje de la calle de Alcalá al paseo de la Castellana, a partir de los años sesenta, con los planes de desarrollo, donde surgirán los primeros rascacielos.

Las esquinas

Estos desplazamientos, al no existir las esquinas de los centros históricos donde colocar el tipo de edificio representativo, también se realizan en los setenta en los ensanches de las ciudades, sobre todo en Madrid y Barcelona (el Atlántico en la Diagonal).El poder representativo y monumental dentro de las ciudades, junto con la propaganda de la unión del edificio a un arquitecto famoso, se extiende a los interiores, donde se cuida sobre todo el aspecto funcional, que se adapta a los cambios de la sociedad, como los sistemas de mamparas que aparecen para dividir las plantas.

La última década está dominada por las rehabilitaciones -se exponen 16 ejemplos-, al convertirse en sedes casas burguesas, palacios barrocos y compañías de seguros. Destaca la del Banco de Santander (paseo de la Castellana, 24, Madrid), realizada por el arquitecto Hans Hollein.

Más salas en la arquería

El Ministerio de Fomento programa exposiciones exteriores, como la de arquitectura bancaria, y tiene en la arquería de los Nuevos Ministerios de Madrid (paseo de la Castellana, 67) la sala de exposiciones para grandes montajes. En el mismo lugar se han habilitado las salas 2 y 3 para realizar un programa de muestras temáticas, de autores, ciclos, tertulias, acciones y libros, cuyos comisarios son los arquitectos José Quetglas y Gabriel Allende. Se han abierto con una acción de danza kathak y el concurso de ideas de la editorial Gustavo Gili sobre la sede de la Fundación Mies van der Rohe, con el proyecto ganador de Enric Ruiz-Geli.

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