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Reportaje:

La vigilia de los cupos

Más de 200 inmigrantes en situación irregular hicieron cola anoche para solicitar un permiso de residencia

Más de dos centenares de inmigrantes irregulares pasaron anoche una peculiar vigilia frente a las dependencias del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Su esfuerzo no persiguió ningún fin ultraterreno sino algo tan básico como poder vivir en Madrid sin temor a que la policía les expulse y con los mismos derechos que el resto de ciudadanos. Para lograrlo con orden y concierto, frente a la Dirección General de Ordenación de las Migraciones, en la calle del Doctor Rosales (la otra sede está en Bretón de los Herreros), alguien de la cola elaboraba una lista de los presentes que es la que en teoría hoy se respetará cuando, a las nuevede la mañana, se abran estas dependencias oficiales.Osvaldo Rodríguez, un ecuatoriano de 46 años, llegó a la fila a media tarde y consiguió el número 187. Psicólogo en su país, las penurias económicas de Latinoamérica le han llevado a emigrar para trabajar de portero en una finca. Su esposa, bióloga, está empleada de limpiadora. Eso sí, ambos sin permiso laboral y de residencia. "Nuestra esperanza es conseguir un permiso y dejar de ser ilegales temiendo que la policía nos eche", asegura Osvaldo. Con ellos viven sus tres hijas.

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A su lado, Erika y Jorge, un matrimonio boliviano de 28 años, sienten el mismo anhelo. "Abandonamos nuestro país porque el dinero no valía nada. Aquí nos hemos encontrado con una realidad bien dura", explican. Duro fue, en efecto, pagar 3.000 dólares a un coyote (mafioso de la inmigración) para llegar a España y encontrarse con que el trabajo prometido no existía. Y duro es trabajar en el servicio doméstico y ver que para traer a su bebé de un año desde Bolivia dependen de unos papeles, los que ahora van a intentar obtener con una noche en blanco.

Con su larga espera pretenden ser los primeros en pedir uno de los 9.050 permisos laborales y de residencia que el Gobierno español ha aprobado este año para la región, dentro del llamado cupo o contingente, y cuyo plazo de solicitud comienza hoy y finaliza el 23 de abril. El requisito indispensable es presentar una oferta de empleo. A partir de ahí, las plazas se cubren en orden de presentación de peticiones. Las prisas están justificadas ya que todos los años el número de solicitudes duplica el de plazas. De las plazas previstas, 8.054 son para el servicio doméstico, 543 para la construcción, 272 para otros sectores y 181 para la agricultura, aunque esta proporción se aplicará de forma flexible. La cifra de 9.050 permisos concedidos a Madrid dentro de los 30.000 aprobados para todo el Estado parece "insuficiente" a las asociaciones de inmigrantes, sindicatos y ONG. Parten de un hecho: el 1998 se presentaron 20.000 peticiones y sólo 8.415 trabajadores consiguieron su objetivo; en 1997 hubo otras 20.000 solicitudes para 8.000 plazas.

Aunque hay una parte de las peticiones que se deniegan porque la oferta de empleo presentada no resulta creíble para el Ministerio de Trabajo otro grupo muy numeroso (7.000 el año pasado) se queda fuera de bombo simplemente porque cuando presentaron su petición ya estaban todas las plazas cubiertas. Las largas colas y los engaños se pueden evitar recurriendo a las entidades que, de forma gratuita, ayudan a cumplimentar la solicitud y se encargan de presentarla a Trabajo. Entre ellas se cuentan los centros de atención a inmigrantes de UGT (91 314 23 65), CCOO (91 536 53 20) y USO (91 535 39 26) y organizaciones como ASTI (91 365 65 18) o CEAR (91 555 06 98). El procedimiento de los cupos es el siguiente: el inmigrante debe presentar su oferta de empleo a Trabajo. Si reúne requisitos para pedir la exención de visado debe hacerlo en la misma solicitud. Si no es así, una vez presentar su petición, sin esperar respuesta, tiene que iniciar los trámites en su país para pedir el visado (antes había que esperar a que Trabajo contestase). Ese trámite lo puede delegar en otra persona.

A partir de ahí le toca esperar a la decisión que Trabajo tome previa consulta con el Ministerio de Interior. Si es positiva y tiene exención de visado ya sólo le queda recoger el permiso de trabajo y residencia. Si no obtiene exención de visado, debe viajar a su país a por este documento una vez que le den el visto bueno a su petición. Ese sueño de un trabajo fue el que anoche mantuvo despiertos a los inmigrantes.

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